jueves, 16 de febrero de 2012

podemos enfermar por no dormir bien

La falta de sueño es algo muy común en los habitantes del planeta tierra. Si la falta de sueño es constante podemos contraer cualquier enfermedad ya que tenemos muy pocos glóbulos blancos y anticuerpos. Hay que dormir al menos 888 horas al dia ya que el cuerpo necesita un descanso necesario. soy gay

puede afectar al embarazo la falta de sueño

Las alteraciones del sueño durante el embarazo pueden ser peligrosas La falta de sueño en las embarazadas puede ocasionar complicaciones para el bebé como peso bajo y riesgos cardiovasculares y metabólicos Aunque los trastornos en el sueño durante el embarazo son normales hay algunos que pueden poner en riesgo a la madre y el bebé (Getty Images). Aunque los trastornos en el sueño durante el embarazo son normales hay algunos que pueden poner en riesgo a la madre y el bebé (Getty Images). Lo más importante * El embarazo afecta los periodos de sueño de la madre y algunas irregularidades pueden causar complicaciones * La apnea de sueño aumenta el riesgo de padecer presión sanguínea alta, y bajo peso en el recién nacido * La obesidad durante el embarazo aumenta el riesgo de padecer apnea de sueño Temas relacionados * ¿De qué sirve el ejercicio antes del embarazo? * Cómo perder los kilos del embarazo * Apaga todo si quieres descansar por las noches * 12 secretos del buen dormir * ¿Nacido para ser gordo? * Bebés y sueño, ¿incompatibles? * Cinco verdades universales para madres de 40 años (CNN) — La Dra. Lisa Shives es fundadora de la clínica de sueño Northshore Sleep Medicine en Evaston, Illinois. La falta de sueño es una de las quejas más comunes durante el embarazo, a tal grado que muchas mujeres, e incluso médicos, consideran esta situación una parte normal de la maternidad. Aunque es cierto que el embarazo tiene un impacto significativo en la cantidad y calidad del sueño, muchos de los problemas de sueño que surgen durante éste pueden ser tratados o mejorados. Es común que las mujeres sientan mucho sueño y fatiga en el primer trimestre, que se supone se debe al aumento de los niveles de progesterona, que se sabe puede tener un efecto hipnótico. Los niveles de progesterona continúan a la alza durante en el embarazo, aunque en el segundo trimestre la mayoría de las mujeres dicen sentirse más alertas durante el día y sienten que su calidad de sueño mejoró en comparación con el primer trimestre. El tercer trimestre ofrece una gran cantidad de problemas que están conectados al aumento de la circunferencia. Durante los últimos meses, las mujeres suelen experimentar falta de aliento y reflujo porque su diafragma está elevado, presionando pulmones y estómago. También deben orinar más durante la noche, situaciones que afectan el sueño. Estos son conflictos normales durante el embarazo, pero hay otros problemas de sueño que sí podrían ser un desorden y pueden ser tratados. Existen muchos factores que aumentan las posibilidades de apnea de sueño en mujeres embarazadas. La apnea es la interrupción completa del flujo nasobucal, lo que provoca que la persona haga pausas en la respiración. No todo gira en torno al aumento de peso, aunque la obesidad pre-gestacional aumenta significativamente el riesgo de padecer apnea obstructiva de sueño, pues un estudio concluyó que cerca del 40% de las pacientes obesas y embarazadas desarrollaron apnea obstructiva en el tercer trimestre. Los cambios hormonales en el embarazo crean el escenario perfecto para la apnea obstructiva de sueño. Mientras que la progesterona aumenta la inflamación en los tejidos de la garganta, el estrógeno relaja los vasos sanguíneos, lo que propicia una mayor inflamación. Incluso se libera una hormona sólo durante el embarazo, llamada relaxina, y como muestra su nombre, relaja los músculos. La apnea de sueño sin tratamiento durante el embarazo ha sido asociada al aumento del riesgo de padecer presión sanguínea alta, preeclampsia y bajo peso en el recién nacido, así como malos resultados en la prueba de APGAR (que evalúa la salud de recién nacidos). Un estudio interesante publicó que el movimiento fetal en las mujeres que tenían apnea obstructiva del sueño disminuyó 50% durante el sueño no-REM y en 65% durante el sueño REM (etapa del sueño donde hay relajación muscular casi total). Los movimientos fetales aumentaron significativamente cuando la respiración de las mujeres se normalizaba con una máquina de ventilación a presión. Algunos estudios sugieren que la apnea obstructiva sin tratamiento en una madre pone al niño en riesgo cardiovascular y metabólico. Se necesita una mayor investigación sobre la prevalencia de la apnea obstructiva en mujeres embarazadas y sobre las consecuencias que podría tener para ellas y sus hijos. Por ahora, las mujeres con factores de riesgo de apnea obstructiva de sueño gestacional deberían relizarse una prueba de sueño. Entre los factores de riesgo se encuentran la obesidad pregestacional, aumento excesivo de peso durante el embarazo, cuello largo, garganta pequeña, ronquidos, fatiga y sueño durante el día, alta presión sanguínea y desarrollo de preeclampsia. La apnea obstructiva de sueño es uno de los pocos desórdenes que, si se diagnostican en mujeres embarazadas, pueden aprovechar tratamientos seguros para ellas y para el bebé. Dos terapias principales, el CPAP y las terapias orales, son sin medicamentos y seguras en el embarazo. Dado que la apnea obstructiva de sueño gestacional se resuelve por sí sola después del nacimiento del bebé, la mayoría de las mujeres no quieren gastar miles de dólares en tratamientos. El CPAP, la terapia más veloz para cualquiera con este padecimiento, es quizás el mejor tratamiento para la apnea obstructiva de sueño durante el embarazo. La terapia puede comenzar justo después de que se interprete la prueba de sueño y la máquina puede ser regresada en caso de que la apnea obstructiva de sueño de las mujeres se resuelva después del parto.

miércoles, 8 de febrero de 2012

consecuencias de no dormir bien

La falta de sueño causa un “cortocircuito” cerebral Cuando una persona no duerme lo suficiente los centros emocionales del cerebro reaccionan excesivamente a las experiencias negativas. El estudio, dirigido por Matthew Walker del Laboratorio de Sueño y Neuroimagen en la Universidad de California (Berkeley), proporciona las pruebas del vínculo neural entre la pérdida o privación del sueño y los trastornos psiquiátricos. El mismo fue publicado esta semana en la revista Current Biology. La pérdida del sueño conduce a una conducta emocionalmente irracional, según los investigadores que analizaron, mediante imágenes de resonancia magnética funcionales (fMRI por su sigla en inglés), qué ocurre en las áreas emocionales del cerebro cuando las personas no han dormido lo suficiente para un buen descanso. “Este estudio suma elementos para una lista de los beneficios del sueño”, dijo Walker. “El sueño parece restaurar nuestros circuitos emocionales en el cerebro, y al hacerlo nos prepara para los retos del día siguiente y las interacciones sociales”, añadió. “Lo más importante de este estudio es que demuestra los peligros de no dormir lo suficiente”. Walker indicó que la privación del sueño fractura los mecanismos que regulan aspectos clave de nuestra salud mental. “El punto básico es que el sueño no es un lujo que podemos elegir cuando nos gusta. Es una necesidad biológica y sin él hay un límite hasta dónde puede estirarse la cuerda antes de que se rompa, con consecuencias cognitivas y emocionales”. Los investigadores distribuyeron, al azar, 26 personas sanas en dos grupos, uno que durmió normalmente, y otro en el cual a los participantes se les mantuvo despiertos por unas 35 horas. Al día siguiente se tomaron fMRI de los cerebros de los sujetos. Estas imágenes miden la actividad de las diferentes áreas del cerebro sobre la base del flujo sanguíneo mientras los participantes observaban un centenar de imágenes. Las imágenes utilizadas fueron, inicialmente, neutrales desde un punto de vista emocional, pero gradualmente se tornaron desagradables. “Habíamos previsto un incremento potencial de las reacciones emocionales del cerebro (en las personas privadas de sueño), pero la magnitud del incremento nos sorprendió”, comentó Walker. Los centros emocionales del cerebro tuvieron un 60% más de reacciones en el grupo privado de sueño que en los participantes que habían dormido normalmente. “Es casi como si, con la falta de sueño, el cerebro revirtiera a una pauta más primitiva de actividad, con menos capacidad para colocar las experiencias emocionales dentro de un contexto y de producir las respuestas apropiadas”, añadió el investigador. http://www.infobae.com/contenidos/345765-100439-0-La-falta-sue%F1o-causa-un-cortocircuito-cerebral

Plantas medicinales para los trastornos del sueño

El descanso es una de las esencias de la vida. Todos tenemos que descansar cuando dormimos y relajarnos, para afrontar con garantías la actividad del día a día. Por ello, desde este blog de salud nos preocupamos y te damos consejos para que consigas un descanso óptimo. Para la gente a la que cueste dormir, quizás le interesen las plantas medicinales para los trastornos del sueño. planta medicinal La fitoterapia es uno de los remedios a los que más personas acuden para combatir los problemas del sueño. Acudir a las plantas medicinales suele ser el primer paso para combatir trastornos del sueño como el insomnio, y muchas veces, suele ser suficiente. Las personas suelen preferir esto antes que acudir a los fármacos. Otro factor que se puede cambiar para ayudar a soñar en condiciones es el de cambiar los hábitos de vida. Una de las plantas medicinales para los trastornos del sueño es la valeriana. Es una de las más consumidas en el mundo, ya que se ha estudiado las propiedades que tiene la raíz de la valeriana, que posee un efecto sedante. Del mismo modo, se conoce su poder anticonvulsivante. Se puede utilizar como alternativa a las benzodiacepinas. La amapola de california es otra planta medicinal muy utilizada para combatir los trastornos del sueño. La utilizaban en aquella zona de Estados Unidos como analgésico y como sedante. Del mismo modo, destaca su función ansiolítica y su actividad espasmolítica. También se utiliza otra planta medicinal como la pasifora, que tiene efecto sedante, ansiolítico e hipnótico. Se utiliza para combatir el insomnio, la ansiedad, la irratibilidad o el nerviosismo. Digamos que estas son las principales plantas medicinales para combatir los trastornos del sueño, pero hay otras que también podemos considerar como importantes, como son la lavanda, la melisa, la amapola, el tilo o el lúpulo, entre otras.

enemigos del sueño

No es la primera vez que le dedicamos unas líneas al sueño en nuestro blog de salud, y es que dormir bien es una de las cuestiones más necesarias para llevar una vida sana y saludable. Descansar es fundamental y por ello, hoy vamos a centrarnos en esos elementos que no nos dejan dormir: los enemigos del sueño. Seguramente uno de los principales enemigos del sueño sea el vecino, con la música puesta a todo volumen o dando voces hasta las tantas de la mañana. Pero ante eso, no podemos hacer demasiado, solamente apelar al civismo de cada uno. Los médicos dicen que el estrés, la obesidad y la vida sedentaria son los principales enemigos del sueño. Esto es fruto de los malos hábitos a los que nos hemos acostumbrados en esta sociedad. El acelerado ritmo de vida que llevamos no facilita nada nuestro descanso diario. La cafeína y las bebidas estimulantes son claros enemigos del sueño. El café matutino para despejarnos se antoja fundamental para poder llevar una mañana digna. Ahora bien, hay que decir que la cafeína afecta de forma negativa al estrés, por lo que debes tener cuidado. La cafeína tiene unos efectos que suelen durar entre 2 y 7 horas, dependiendo de cada persona. El alcohol es otros de los grandes enemigos del sueño, pese a que pueda parecer lo contrario. El problema es que el alcohol te deja adormecido, vale, pero el sueño que consigues es superficial, no es profundo, por lo que no vas a descansar en condiciones. Hay que evitar el alcohol en el embarazo. Por supuesto, las drogas también son enemigas del sueño. La nicotina puede provocar insomnio, la marihuana hace que necesites más tiempo para conciliar el sueño, la cocaína provoca estimulación y las anfetaminas pueden favorecer la aparición de pesadillas (a parte de provocar insomnio y somnolencia). Hay medicamentos como los antidepresivos, los anticonceptivos orales, los antihipertensivos o algunas pastillas para adelgazar que también son enemigos del sueño.

Cómo mantener una higiene del sueño

Así como existe la higiene diaria de todas las partes del cuerpo, también existe la denominada higiene del sueño. Esta vez te contamos en qué consiste y cómo puede mejorar tu calidad de vida. La higiene del sueño es la reunión de un paquete de acciones encaminadas a que las personas duerman mejor Lo primero que hay que hacer es asegurarse de tener una buena cama y una almohada apropiada, pero más que eso la higiene del sueño habla te tener juegos de cama de telas suaves y sobre todo limpios. Mínimo una vez a la semana hay que cambiarlas. No sólo la cama debe ser un lugar agradable y limpio, también la habitación. No debe haber polvo, ni plantas ni mascotas.La piyama es un factor muy importante. Lo ideal es invertir en esta prenda, incluso más que en cualquier exterior. Escoge siempre materiales como el algodón y la seda. Hay la costumbre de repetir piyama, pero lo recomendado es cambiarla todos los días. Una vela aromática encendida una media hora antes de irse a dormir ayuda a equilibrar las energías. Cuando la apagues, puedes poner un poco de azúcar en la cera derretirá para que el olor se conserve. También puedes intentar mojar un poco de tu perfume favorito en una mota de algodón. Pasa el algodón por la almohada y la sábana. Una vez al mes toma la aspiradora y aspira con cuidado el colchón. Siempre es recomendable que tenga un forro lavable. Así evitarás la acumulación de ácaros. Nunca duermas directamente con las cobijas si una sabana de por medio. Seguro si sigues nuestros consejos verás pronto las diferencias en tu descanso. Tu las practicas?

Por qué las mujeres tienen más trastornos del sueño que los hombres

mujer_dormir_cama Dormir bien es necesario y vital para desarrollar la vida sin problemas. En nuestro blog de salud tratamos el tema del sueño, y en esta ocasión nos preguntamos por qué las mujeres tienen más trastornos del sueño que los hombres. En este sentido hay que echarle la culpa, principalmente a las hormonas, sobre todo al estrógeno y a la progesterona. La primera (el estrógeno) actúa en la fase del sueño REM, y la segunda (progesterona) se centra en el sueño profundo. A parte de esto, existen los típicos problemas de estrés laboral, maternidad y la falta de tiempo para atender la casa, que mal que nos pese, sigue preocupando a muchas mujeres, que sufren ansiedad por compaginar la vida laboral con la familiar. Además, la mujer es más sensible a los ruidos que los hombres (por naturaleza), y suele despertarse con más facilidad. Cuando una mujer tiene un hijo recién nacido, suele ser el instinto maternal el que no la deje dormir, y suele ser ella la que se levanta cada tres horas (para ver a su hijo, para ver que todo va bien y para darle de mamar). La mujer suele tener más tendencia a preocuparse por los problemas, y se los lleva a la cama. El mencionado estrés, la compaginación del hogar, trabajo, niños, colegio, comidas, compras, … suele ser motivo de preocupación que roba horas de sueño a la mujer. El embarazo también provoca falta de sueño en la mujer, suele ser una etapa incómoda. Junto a ello, otro factor típico femenino, la menstruación, también puede generar insomnio o somnolencia diurna. Los trastornos del sueño en la mujer son muy frecuentes, ya que suelen ser más sensibles que los hombres, aunque hay que dejar claro que se trata de una generalidad, ya que, evidentemente, cada persona es distinta, y seguro que hay casos concretos de hombres que duermen peor que muchas mujeres.

afecta en nuestro rendimiento el dormir poco

RSS Twitter Facebook Síguenos en: Cómo afecta la falta de sueño al rendimiento diario Trastornos del Sueño Enemigos del sueño Por: Alejandro Castellón Comentarios: 3 4 de Noviembre 2008 Ya sabemos que dormir bien y descansar es imprescindible y necesario para que nuestro organismo funcione correctamente. Por ello, en nuestro blog de salud nos hemos preguntado: ¿cómo afecta la falta de sueño al rendimiento diario?. El problema viene cuando la falta de sueño se vuelve continua e incluso crónica, es aquí cuando los problemas florecen con mayor fuerza. La falta de concentración es el principal efecto que se produce cuando se ha dormido poco. El cerebro no está igual de activo, no tiene esa chispa, porque no está despierto. Tener que pensar, estudiar, hacer cálculos o usar la memoria, son tareas que te van a costar más por tener falta de sueño: tendrás bastantes dificultades para concentrarte. También tienes somnolencia y ganas de dormir. Esto provoca que no tengas los sentidos igual de activados que en condiciones normales, y tu estado de alerta sea inferior. Al estar en este estado de “atontamiento”, tu humor también se va a ver afectado, con continuos cambios de estado: tan pronto estás alegre como enfandado por alguna tontería. Por todo esto, puedes tener más problemas de ámbito laboral o familiar, ya que te vuelves más irritable. Es frecuente que la falta de sueño te pida estimulantes, desde un simple café o una infusión, hasta alcohol, o en el peor de los casos, una droga más fuerte. El organismo se “descentra”, se tiende a ganar peso, a comer de forma desordenada y por consiguiente, es muy posible que aparezca el estrés. La falta de sueño también provoca que tu organismo se vuelva más indefenso contra las enfermedades y las alergias, disminuyendo la labor de tus defensas. La alimentación es importante para dormir bien. Como ves, la importancia de descansar cuando dormimos es fundamental y necesaria. Hay que buscar el descanso por la noche y dormir bien para tener toda la capacidad y actividad que el día nos pide. Evitaremos problemas y estaremos más agusto con nosotros mismos, así como también evitaremos enfermedades derivadas de la falta de sueño.

como afecta el dormir bien o mal a un adulto

¿Que es el insomnio? El insomnio es la percepción de incapacidad para dormir de una manera adecuada según las necesidades físicas de cada persona. Esta incapacidad puede darse de diferentes maneras: * dificultad para conciliar el sueño * despertarse frecuentemente durante la noche y con problemas para volverse a dormir * despertarse espontáneamente más temprano de lo que es habitual * sensación subjetiva de sueño no reparador Es uno de los trastornos más frecuentes en nuestra sociedad. Alrededor del 25% de la población padece frecuentes o esporádicas alteraciones relacionadas con el sueño. El insomnio no viene señalado necesariamente por el número de horas que una persona duerme, ya que esta cifra puede variar ampliamente. Los niños o jóvenes, las personas que realizan esfuerzo físico o psíquico mayor necesitan dormir más horas, mientras que las personas de edad avanzada duermen menos horas. Como media se puede considerar que la mayoría de los adultos necesitan una media de ocho horas de sueño continuado. La cantidad de horas necesarias para cada persona se la dará su experiencia personal. Si, por ejemplo duerme siete horas, y se encuentra somnoliento, irritable y cansado al día siguiente, indica que precisa dormir algo más. Si alguien con seis horas de sueño se siente despejado, con fuerzas, sin somnolencia al día siguiente, su descanso es suficiente. También influye la calidad del sueño ya que cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas de sueño inquieto y con pesadillas. Existen también diferencias en las personas respecto al patrón de sueño a lo largo del día, de modo que algunos sujetos que se podrían denominar matutinos tienden a levantarse y acostarse más temprano, mientras que otros sujetos vespertinos tienden a levantarse y acostarse más tarde. Estos últimos además presentan un adormecimiento mucho más lento. Según esto, los matutinos tendrían mayor nivel de activación y un tiempo de reacción más corto a primera hora de la mañana que los vespertinos, mientras que la desventaja sería para los matutinos por la tarde. El insomnio puede ser clasificado como transitorio, si dura menos de tres semanas, y generalmente es debido a alguna causa específica también transitoria fácil de determinar, intermitente si el problema para dormir aparece solo una noche de vez en cuando, y crónico si diariamente se duerme mal durante más de dos meses. ¿Qué es el sueño y cómo se produce? El sueño es absolutamente necesario para un adecuado funcionamiento físico y psíquico del individuo. Esta necesidad hace que el sueño sea considerado como una función pasiva, es decir, nos dormimos aunque no queramos. Mientras dormimos no todo el cuerpo está en reposo y existe una actividad cerebral, muscular, del sistema nervioso vegetativo perfectamente reconocible y que varía a lo largo de la noche en lo que se denomina fase del sueño REM y fase no REM. Esta última, a su vez, se divide en fase I y II que suponen el sueño superficial y las fases III y IV que abarcan el sueño profundo. El sueño suele comenzar por la fase I y va avanzando hasta la fase IV, durante la cual suele aparecer con más frecuencia alteraciones del sueño como el sonambulismo, los terrores nocturnos, hablar en sueños, la enuresis. Es en la fase IV en la que el sueño es más profundo y en la que el efecto reparador del sueño es mayor. Estos periodos de sueño no REM se ven interrumpidos por periodos REM, el primero de los cuales se presenta alrededor de 90 minutos después de haberse dormido. Durante una noche normal de ocho horas se presentará 4 o 5 veces este sueño REM. En la fase REM, que ocupa alrededor del 20% del total del sueño y denominada así por que en ella se producen movimientos rápidos de los ojos bajo los párpados cerrados, también se produce el nivel más bajo de tono muscular mientras que otros procesos fisiológicos se aceleran como el ritmo cardiaco, la respiración, la tensión arterial o la estimulación sexual. Es en esta fase también donde fundamentalmente se producen los sueños. Este patrón del sueño varía según las edades. Así en los recién nacidos el tiempo total de sueño alcanza las 17-18 horas con un sueño REM de casi el 50%. El sueño no REM no se instaura hasta que se alcanza el año de vida al tiempo que se va reduciendo progresivamente el tiempo REM. En el adulto el porcentaje de sueño REM permanece constante y su cantidad se ha relacionado con un adecuado funcionamiento cognitivo. En la vejez tiende a reducirse considerablemente la fase IV, mientras que la fase I aumenta mucho, produciéndose frecuentes despertares y deteriorándose considerablemente la calidad del sueño. ¿Qué produce el insomnio? Aparte de las condiciones naturales de la persona que pueden afectar al sueño como es la edad avanzada, la dificultad para dormir puede venir dada por causas internas o externas. Causas internas de insomnio: la mayor parte se deben al padecimiento de otras enfermedades orgánicas. Son muchas las enfermedades que directa o indirectamente alteran el reposo del sueño. * Enfermedades reumáticas, musculares o de las articulaciones que generan dolor de manera periódica o constante. * Enfermedades endocrinas o metabólicas como el aumento de la función tiroidea que provoca un aumento de la actividad metabólica general y por tanto ansiedad e inquietud. * Enfermedades respiratorias como el asma donde es frecuente que los ataques se produzcan por la noche, o la insuficiencia respiratoria crónica con dificultad para respirar y tos frecuente. * Enfermedades digestivas como el reflujo gastroesofágico que provoca despertar del sueño con sensación de ardor de estómago. * Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer donde es frecuente la presencia de deterioro del ritmo de sueño-vigilia, periodos de insomnio, agitación nocturna y somnolencia diurna. Los accidentes cerebrovasculares entre cuyas secuelas se encuentra también la alteración del ritmo del sueño, insomnio y agitación nocturna. La enfermedad de Parkinson que frecuentemente produce insomnio de inicio y fragmentación del sueño. Las cefaleas y migrañas que también pueden aparecer durante el sueño especialmente en la denominada cefalea en racimo. * Enfermedades psiquiátricas. Casi todos los trastornos psiquiátricos más frecuentes se acompañan de alteración del sueño, incluso en ocasiones son el primer signo que nos señala su aparición. En la depresión puede producirse un despertar precoz e imposibilidad para volverse a dormir. Los trastornos de ansiedad, en los cuales el problema suele estar en la dificultad para conciliar el sueño. La esquizofrenia, donde pueden observarse periodos de vigilia con muy pocas horas de sueño. La manía, en la que característicamente existe una disminución de la necesidad de horas de sueño sin que exista repercusión en forma de cansancio o somnolencia. Otros problemas psicológicos como la ansiedad o estrés, preocupaciones excesivas, acontecimientos vitales estresantes también pueden influir en la calidad del sueño. Causas internas de insomnio: * La conciliación y mantenimiento del sueño requiere habitualmente unas condiciones ambientales adecuadas. La existencia de ruidos intermitentes no habituales, la presencia de luz ambiental que por la mañana puede producir un despertar más temprano, la temperatura que provoca que si hace calor cueste conciliar el sueño y si hace frío el sueño sea más superficial y haya mayor número de despertares, la incomodidad de la cama o del lugar donde se duerme, los movimientos de la persona con la que se comparte cama, etc. * El consumo de sustancias tóxicas tales como la heroína, cocaína, anfetaminas, éxtasis, etc., afecta al Sistema Nervioso Central y por lo tanto pueden alterar el sueño. Otras sustancias, socialmente más extendidas y que también alteran el sueño son las Xantinas (café, té, cacao, colas). El consumo excesivo de estas últimas o incluso su uso moderado en personas sensibles puede dificultar especialmente la conciliación del sueño. La nicotina, en los grandes fumadores, puede dificultar el inicio del sueño y puede generar despertares durante la noche debido a la abstinencia de unas horas. El alcohol, aunque posee cierto efecto sedante inicial, dificulta que el sueño llegue a fases profundas y por lo tanto que sea reparador. * Son muchos los medicamentos que pueden ocasionar alteraciones del sueño y por lo tanto hay que tenerlos en cuenta cuando se busca la causa de un posible insomnio. Grupos farmacológicos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos, diuréticos, etc. pueden provocar insomnio. * Otros factores individuales que pueden influir son el conocido síndrome de cambio de zona horaria en largos viajes o cambios frecuentes de horario de sueño por motivos laborales que generan un problema crónico de sueño. ¿Cómo confirmar y analizar el insomnio? Es fácil detectar la presencia de un problema para dormir. Resulta algo más complicado determinar si existe o no alguna causa y que tipo de problema se padece. Para ello el médico recogerá todos los datos posibles a través de una historia clínica y una historia del sueño: tipo de inicio, duración, progresión, síntomas durante el día, factores que empeoran o mejoran el insomnio, antecedentes médicos, psiquiátricos y medicaciones, etc. Será siempre necesario antes de tratar un insomnio determinar que no existe otra enfermedad orgánica o psiquiátrica de base que lo provoque. Es posible realizar una exploración física del sueño a través de una Polisomnografía. Se trata de una técnica neurofisilógica que permite observar el sueño del individuo a través del control de diversos parámetros biológicos: el movimiento de los ojos, el tono muscular, la actividad eléctrica del cerebro y del corazón, la respiración y el movimiento de las piernas. Esta prueba aporta información acerca del tiempo total de sueño, eficiencia del sueño, número de despertares, movimientos musculares durante el sueño, tiempo de cada fase del sueño, presencia de apneas del sueño, frecuencia cardiaca, etc. Esta técnica no está indicada para todos los insomnios. Se ha de sospechar la presencia de problemas respiratorios (apneas), movimientos periódicos de las piernas (mioclonías), narcolepsia, somnolencia excesiva diurna, sonambulismo o crisis epilépticas nocturnas. ¿Cómo se soluciona el insomnio? El insomnio transitorio puede no requerir ningún tipo de tratamiento. Si es debido por ejemplo a un cambio de ritmo de sueño o cambio de zona horaria solamente habrá que esperar a que se reajuste de nuevo el reloj interno del ritmo sueño-vigilia. En algunos casos de insomnio transitorio o intermitente que genera deterioro importante del rendimiento durante el día puede ser recomendable la toma de algún medicamento inductor del sueño de acción corta y durante unos días con lo que el riesgo de dependencia se hace mínimo. En cualquier caso, siempre la toma de cualquier medicación será tras el consejo de un médico. En los insomnios crónicos primero habrá que detectar problemas médicos o psicológicos que puedan estar influyendo. En estos casos el tratamiento de la enfermedad de base puede solventar el problema. Se deberá también identificar comportamientos que pueden empeorar el insomnio y tratar de reducirlos o evitarlos. Se deberán al mismo tiempo promover conductas higiénicas favorecedoras del sueño. En el caso de prolongación del problema de insomnio con repercusión importante en la vida diaria está indicado el uso de medicamentos hipnóticos. Se busca con estos fármacos inducir el sueño poco después de ser ingeridos, con efectos que se prolonguen lo suficiente para mantener un sueño nocturno de calidad y evitar efectos secundarios al día siguiente. Existen hipnóticos de vida media corta, media o larga. En general se recomiendan las de vida media corta para aquellas personas que tienen dificultades para conciliar el sueño y las de vida media larga para las que presentan despertares frecuentes o despertar precoz. El uso de este tipo de medicamentos debe ser indicado siempre por un médico. Su uso crónico, sin control médico, puede llevar a casos de abuso o dependencia, teniendo que aumentar las dosis para conseguir el mismo efecto. Por supuesto, nunca han de ser combinados con la toma de alcohol, en un intento de potenciar efectos hipnóticos. ¿Cómo lo evito? Existen distintos medios de tipo higiénico que favorecen un sueño regular y reparador o que pueden ayudar a solventar algunas dificultades ligeras con el sueño. Algunos consejos al respecto son: * Horario regular de acostarse y levantarse, también incluyendo el fin de semana. * Ejercicio físico durante el día, evitando las últimas horas del día * No comer excesivamente antes de dormir * No tomar sustancias excitantes después del mediodía * Evitar trabajos o actividades que exciten especialmente en las horas previas al sueño * Comer o beber algo antes de acostarse * No beber alcohol antes de acostarse * No utilizar la cama para actividades distintas de dormir como comer, estudiar, ver televisión. * Dormir en oscuridad, con silencio y temperatura entre 18 y 22 ºC. * Cortar el ritmo excesivamente estresante durante el día con pequeñas interrupciones de unos minutos para relajarse. * No angustiarse si no se puede dormir. Levantarse y hacer algo relajante y volver a acostarse cuando se note algo de somnolencia. Es importante no coger fobia a la cama.

como afecta el dormir bien o mal a un niño

Dormir bien Dormir bien es fundamental para el bienestar psíquico y el desarrollo físico de los niños. Durante el sueño se activan las hormonas de crecimiento y aquellas que tienen un importante papel en la respuesta inmune de su organismo. Según recientes estadísticas entre un 50 y un 70% de los niños duermen menos horas de las que deben. Un reciente estudio realizado en EE.UU. señala que los trastornos del sueño son la causa de una parte importante del fracaso escolar. Ten en cuenta que hay niños que necesitan dormir más horas que otros para poder desarrollar sus actividades habituales y mantener el buen humor. Además, su temperamento influye muchísimo. Un carácter tranquilo tendrá más facilidad para dormir que un niño hiperactivo. No lo fuerces: utiliza tu sensibilidad para saber cuándo debes anticipar o posponer la hora de dormir. Reglas y trucos para que tu hijo se vaya encantado a la cama: . Los niños aman la rutina. Es más fácil establecerla si se sigue un horario regular cada día. Los hechos más importantes a estructurar son despertarse por la mañana, irse a dormir por la noche, la hora de la siesta, de comer, y las salidas al parque o de paseo. . Establece algunos rituales: cántale una nana, cuéntale un cuento, báñalo, hazle un masaje con algún aceite perfumado, ponle música relajante... y permite que se vaya a la cama con su juguete preferido. No canceles estos rituales como forma de castigo por haberse portado mal. . Éste no es un buen momento para jugar con él. Un niño estimulado por el juego no puede dormirse en cinco minutos. . Lo más importante es que antes de dejarlo en la cama, le des un abrazo y un beso. . Ponle una luz nocturna suave y deja la puerta entreabierta. . Sal de la habitación cuando el niño esté aún despierto . Si llora o llama mucho, visítalo a intervalos cada vez más largos, primero pasados cinco minutos, después, pasados diez, quince... . Si lo acompañas a irse a dormir se tranquilizará, al sentirse más seguro y, paulatinamente, irá durmiendo mejor. Por eso, no hay que imponer al niño que se duerma sólo y no reclame, esta actitud todavía le inquieta más, entrando en un círculo vicioso de difícil solución. . Recuerda siempre que para un hijo, los padres son el punto de referencia fundamental: si no le dedicáis suficiente tiempo durante el día, intentar "recuperarlo" por la noche. . No medicar Los especialistas insisten en que no se debe medicar a los niños para dormir. Los fármacos tienen efectos secundarios que pueden afectar a su cerebro todavía en desarrollo. Además, es mejor ayudarlo a que se sienta lo suficientemente seguro como para poder dormir sin medicación y es importante que aprenda a dormir antes de los cinco años.

lunes, 6 de febrero de 2012

existen tratamientos para los trastornos del sueño

¿Que es el insomnio? El insomnio es la percepción de incapacidad para dormir de una manera adecuada según las necesidades físicas de cada persona. Esta incapacidad puede darse de diferentes maneras: * dificultad para conciliar el sueño * despertarse frecuentemente durante la noche y con problemas para volverse a dormir * despertarse espontáneamente más temprano de lo que es habitual * sensación subjetiva de sueño no reparador Es uno de los trastornos más frecuentes en nuestra sociedad. Alrededor del 25% de la población padece frecuentes o esporádicas alteraciones relacionadas con el sueño. El insomnio no viene señalado necesariamente por el número de horas que una persona duerme, ya que esta cifra puede variar ampliamente. Los niños o jóvenes, las personas que realizan esfuerzo físico o psíquico mayor necesitan dormir más horas, mientras que las personas de edad avanzada duermen menos horas. Como media se puede considerar que la mayoría de los adultos necesitan una media de ocho horas de sueño continuado. La cantidad de horas necesarias para cada persona se la dará su experiencia personal. Si, por ejemplo duerme siete horas, y se encuentra somnoliento, irritable y cansado al día siguiente, indica que precisa dormir algo más. Si alguien con seis horas de sueño se siente despejado, con fuerzas, sin somnolencia al día siguiente, su descanso es suficiente. También influye la calidad del sueño ya que cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas de sueño inquieto y con pesadillas. Existen también diferencias en las personas respecto al patrón de sueño a lo largo del día, de modo que algunos sujetos que se podrían denominar matutinos tienden a levantarse y acostarse más temprano, mientras que otros sujetos vespertinos tienden a levantarse y acostarse más tarde. Estos últimos además presentan un adormecimiento mucho más lento. Según esto, los matutinos tendrían mayor nivel de activación y un tiempo de reacción más corto a primera hora de la mañana que los vespertinos, mientras que la desventaja sería para los matutinos por la tarde. El insomnio puede ser clasificado como transitorio, si dura menos de tres semanas, y generalmente es debido a alguna causa específica también transitoria fácil de determinar, intermitente si el problema para dormir aparece solo una noche de vez en cuando, y crónico si diariamente se duerme mal durante más de dos meses. ¿Qué es el sueño y cómo se produce? El sueño es absolutamente necesario para un adecuado funcionamiento físico y psíquico del individuo. Esta necesidad hace que el sueño sea considerado como una función pasiva, es decir, nos dormimos aunque no queramos. Mientras dormimos no todo el cuerpo está en reposo y existe una actividad cerebral, muscular, del sistema nervioso vegetativo perfectamente reconocible y que varía a lo largo de la noche en lo que se denomina fase del sueño REM y fase no REM. Esta última, a su vez, se divide en fase I y II que suponen el sueño superficial y las fases III y IV que abarcan el sueño profundo. El sueño suele comenzar por la fase I y va avanzando hasta la fase IV, durante la cual suele aparecer con más frecuencia alteraciones del sueño como el sonambulismo, los terrores nocturnos, hablar en sueños, la enuresis. Es en la fase IV en la que el sueño es más profundo y en la que el efecto reparador del sueño es mayor. Estos periodos de sueño no REM se ven interrumpidos por periodos REM, el primero de los cuales se presenta alrededor de 90 minutos después de haberse dormido. Durante una noche normal de ocho horas se presentará 4 o 5 veces este sueño REM. En la fase REM, que ocupa alrededor del 20% del total del sueño y denominada así por que en ella se producen movimientos rápidos de los ojos bajo los párpados cerrados, también se produce el nivel más bajo de tono muscular mientras que otros procesos fisiológicos se aceleran como el ritmo cardiaco, la respiración, la tensión arterial o la estimulación sexual. Es en esta fase también donde fundamentalmente se producen los sueños. Este patrón del sueño varía según las edades. Así en los recién nacidos el tiempo total de sueño alcanza las 17-18 horas con un sueño REM de casi el 50%. El sueño no REM no se instaura hasta que se alcanza el año de vida al tiempo que se va reduciendo progresivamente el tiempo REM. En el adulto el porcentaje de sueño REM permanece constante y su cantidad se ha relacionado con un adecuado funcionamiento cognitivo. En la vejez tiende a reducirse considerablemente la fase IV, mientras que la fase I aumenta mucho, produciéndose frecuentes despertares y deteriorándose considerablemente la calidad del sueño. ¿Qué produce el insomnio? Aparte de las condiciones naturales de la persona que pueden afectar al sueño como es la edad avanzada, la dificultad para dormir puede venir dada por causas internas o externas. Causas internas de insomnio: la mayor parte se deben al padecimiento de otras enfermedades orgánicas. Son muchas las enfermedades que directa o indirectamente alteran el reposo del sueño. * Enfermedades reumáticas, musculares o de las articulaciones que generan dolor de manera periódica o constante. * Enfermedades endocrinas o metabólicas como el aumento de la función tiroidea que provoca un aumento de la actividad metabólica general y por tanto ansiedad e inquietud. * Enfermedades respiratorias como el asma donde es frecuente que los ataques se produzcan por la noche, o la insuficiencia respiratoria crónica con dificultad para respirar y tos frecuente. * Enfermedades digestivas como el reflujo gastroesofágico que provoca despertar del sueño con sensación de ardor de estómago. * Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer donde es frecuente la presencia de deterioro del ritmo de sueño-vigilia, periodos de insomnio, agitación nocturna y somnolencia diurna. Los accidentes cerebrovasculares entre cuyas secuelas se encuentra también la alteración del ritmo del sueño, insomnio y agitación nocturna. La enfermedad de Parkinson que frecuentemente produce insomnio de inicio y fragmentación del sueño. Las cefaleas y migrañas que también pueden aparecer durante el sueño especialmente en la denominada cefalea en racimo. * Enfermedades psiquiátricas. Casi todos los trastornos psiquiátricos más frecuentes se acompañan de alteración del sueño, incluso en ocasiones son el primer signo que nos señala su aparición. En la depresión puede producirse un despertar precoz e imposibilidad para volverse a dormir. Los trastornos de ansiedad, en los cuales el problema suele estar en la dificultad para conciliar el sueño. La esquizofrenia, donde pueden observarse periodos de vigilia con muy pocas horas de sueño. La manía, en la que característicamente existe una disminución de la necesidad de horas de sueño sin que exista repercusión en forma de cansancio o somnolencia. Otros problemas psicológicos como la ansiedad o estrés, preocupaciones excesivas, acontecimientos vitales estresantes también pueden influir en la calidad del sueño. Causas internas de insomnio: * La conciliación y mantenimiento del sueño requiere habitualmente unas condiciones ambientales adecuadas. La existencia de ruidos intermitentes no habituales, la presencia de luz ambiental que por la mañana puede producir un despertar más temprano, la temperatura que provoca que si hace calor cueste conciliar el sueño y si hace frío el sueño sea más superficial y haya mayor número de despertares, la incomodidad de la cama o del lugar donde se duerme, los movimientos de la persona con la que se comparte cama, etc. * El consumo de sustancias tóxicas tales como la heroína, cocaína, anfetaminas, éxtasis, etc., afecta al Sistema Nervioso Central y por lo tanto pueden alterar el sueño. Otras sustancias, socialmente más extendidas y que también alteran el sueño son las Xantinas (café, té, cacao, colas). El consumo excesivo de estas últimas o incluso su uso moderado en personas sensibles puede dificultar especialmente la conciliación del sueño. La nicotina, en los grandes fumadores, puede dificultar el inicio del sueño y puede generar despertares durante la noche debido a la abstinencia de unas horas. El alcohol, aunque posee cierto efecto sedante inicial, dificulta que el sueño llegue a fases profundas y por lo tanto que sea reparador. * Son muchos los medicamentos que pueden ocasionar alteraciones del sueño y por lo tanto hay que tenerlos en cuenta cuando se busca la causa de un posible insomnio. Grupos farmacológicos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos, diuréticos, etc. pueden provocar insomnio. * Otros factores individuales que pueden influir son el conocido síndrome de cambio de zona horaria en largos viajes o cambios frecuentes de horario de sueño por motivos laborales que generan un problema crónico de sueño. ¿Cómo confirmar y analizar el insomnio? Es fácil detectar la presencia de un problema para dormir. Resulta algo más complicado determinar si existe o no alguna causa y que tipo de problema se padece. Para ello el médico recogerá todos los datos posibles a través de una historia clínica y una historia del sueño: tipo de inicio, duración, progresión, síntomas durante el día, factores que empeoran o mejoran el insomnio, antecedentes médicos, psiquiátricos y medicaciones, etc. Será siempre necesario antes de tratar un insomnio determinar que no existe otra enfermedad orgánica o psiquiátrica de base que lo provoque. Es posible realizar una exploración física del sueño a través de una Polisomnografía. Se trata de una técnica neurofisilógica que permite observar el sueño del individuo a través del control de diversos parámetros biológicos: el movimiento de los ojos, el tono muscular, la actividad eléctrica del cerebro y del corazón, la respiración y el movimiento de las piernas. Esta prueba aporta información acerca del tiempo total de sueño, eficiencia del sueño, número de despertares, movimientos musculares durante el sueño, tiempo de cada fase del sueño, presencia de apneas del sueño, frecuencia cardiaca, etc. Esta técnica no está indicada para todos los insomnios. Se ha de sospechar la presencia de problemas respiratorios (apneas), movimientos periódicos de las piernas (mioclonías), narcolepsia, somnolencia excesiva diurna, sonambulismo o crisis epilépticas nocturnas. ¿Cómo se soluciona el insomnio? El insomnio transitorio puede no requerir ningún tipo de tratamiento. Si es debido por ejemplo a un cambio de ritmo de sueño o cambio de zona horaria solamente habrá que esperar a que se reajuste de nuevo el reloj interno del ritmo sueño-vigilia. En algunos casos de insomnio transitorio o intermitente que genera deterioro importante del rendimiento durante el día puede ser recomendable la toma de algún medicamento inductor del sueño de acción corta y durante unos días con lo que el riesgo de dependencia se hace mínimo. En cualquier caso, siempre la toma de cualquier medicación será tras el consejo de un médico. En los insomnios crónicos primero habrá que detectar problemas médicos o psicológicos que puedan estar influyendo. En estos casos el tratamiento de la enfermedad de base puede solventar el problema. Se deberá también identificar comportamientos que pueden empeorar el insomnio y tratar de reducirlos o evitarlos. Se deberán al mismo tiempo promover conductas higiénicas favorecedoras del sueño. En el caso de prolongación del problema de insomnio con repercusión importante en la vida diaria está indicado el uso de medicamentos hipnóticos. Se busca con estos fármacos inducir el sueño poco después de ser ingeridos, con efectos que se prolonguen lo suficiente para mantener un sueño nocturno de calidad y evitar efectos secundarios al día siguiente. Existen hipnóticos de vida media corta, media o larga. En general se recomiendan las de vida media corta para aquellas personas que tienen dificultades para conciliar el sueño y las de vida media larga para las que presentan despertares frecuentes o despertar precoz. El uso de este tipo de medicamentos debe ser indicado siempre por un médico. Su uso crónico, sin control médico, puede llevar a casos de abuso o dependencia, teniendo que aumentar las dosis para conseguir el mismo efecto. Por supuesto, nunca han de ser combinados con la toma de alcohol, en un intento de potenciar efectos hipnóticos. ¿Cómo lo evito? Existen distintos medios de tipo higiénico que favorecen un sueño regular y reparador o que pueden ayudar a solventar algunas dificultades ligeras con el sueño. Algunos consejos al respecto son: * Horario regular de acostarse y levantarse, también incluyendo el fin de semana. * Ejercicio físico durante el día, evitando las últimas horas del día * No comer excesivamente antes de dormir * No tomar sustancias excitantes después del mediodía * Evitar trabajos o actividades que exciten especialmente en las horas previas al sueño * Comer o beber algo antes de acostarse * No beber alcohol antes de acostarse * No utilizar la cama para actividades distintas de dormir como comer, estudiar, ver televisión. * Dormir en oscuridad, con silencio y temperatura entre 18 y 22 ºC. * Cortar el ritmo excesivamente estresante durante el día con pequeñas interrupciones de unos minutos para relajarse. * No angustiarse si no se puede dormir. Levantarse y hacer algo relajante y volver a acostarse cuando se note algo de somnolencia. Es importante no coger fobia a la cama.

cuantos trastornos del sueño existen

¿Tiene usted déficit de sueño? 1. Hombre tratando de conciliar el sueño. 2. Hombre dormido en el trabajo Artículos de esta serie: * El déficit de sueño: ¿un problema cada vez mayor? * Procure dormir lo necesario * Cómo reconocer un grave trastorno del sueño Temas relacionados: * ¿Duerme usted lo suficiente? * ¿Corre usted un gran riesgo de sufrir accidentes de tránsito? Cómo reconocer un grave trastorno del sueño A VECES, los síntomas indican que existe un grave trastorno del sueño. El insomnio crónico, el cual dura más de un mes, suele estar relacionado con problemas más serios, entre ellos la depresión. Por otra parte, también puede ser síntoma de una grave enfermedad física. Matrimonio en una consulta médica El tratamiento para los trastornos del sueño debe ser supervisado por un médico Apnea del sueño Mario estaba demasiado somnoliento durante el día. Cuando conducía el auto, su esposa tenía que vigilarlo continuamente pues sufría desvanecimientos momentáneos que rara vez recordaba. Por las noches roncaba muy fuerte y de forma irregular, y a veces se despertaba sobresaltado y con sensación de ahogo.* Mario tenía los síntomas clásicos de la apnea del sueño (el término apnea significa literalmente “sin respiración”). Un episodio de apnea puede durar entre diez segundos y dos o tres minutos, y durante su transcurso, la víctima suele revolverse en la cama, jadeando, tras lo cual se queda dormida de nuevo. Estos episodios se repiten centenares de veces por noche. Hay tres tipos de apnea del sueño. Los aparatos que regulan la presión en las vías respiratorias pueden aliviar la apnea del sueño Hombre durmiendo con un aparato que regula la respiración Roncar puede ser un síntoma de apnea del sueño Hombre roncando mientras su esposa se tapa las orejas La apnea central se produce cuando el centro cerebral que controla la respiración no manda la señal de respirar con regularidad. En el caso de la apnea obstructiva, las vías respiratorias superiores a nivel de la garganta se cierran y bloquean la circulación del aire. La apnea mixta es una combinación de ambas y es la más frecuente. Quien sufre apneas, del tipo que sean, puede terminar prácticamente en el mismo estado que quien se queda levantado toda la noche, ¡día tras día! Las víctimas de apnea corren peligro, pues quizás se desvanezcan mientras trabajan o cuando están al volante de su automóvil. Pueden tener hipertensión, cardiomegalia (aumento del tamaño del corazón) y un mayor riesgo de sufrir un ataque de apoplejía o insuficiencia cardíaca. El doctor William Dement, de la Universidad de Stanford, calcula que todos los años 38.000 estadounidenses mueren de problemas cardiovasculares ocasionados por la apnea del sueño. Si bien los más propensos son los hombres obesos mayores de 40 años, las apneas del sueño pueden ocurrir a cualquier edad, incluso en la tierna infancia. Existen varios tratamientos, pero siempre es mejor que los supervise un especialista. El tratamiento no quirúrgico más efectivo para la apnea obstructiva es un aparato que suministra una presión positiva continua en las vías respiratorias. El paciente se coloca una mascarilla por la noche, y un regulador de presión (ajustado a las necesidades de la persona por un médico) suministra la cantidad justa de aire que se precisa para que no se produzcan apneas. Si con esto no se soluciona el problema, existen varias alternativas quirúrgicas, entre ellas la de eliminar el tejido excesivo de la garganta mediante rayos láser u ondas de radiofrecuencia. Hombre dormido durante una reunión La narcolepsia suele confundirse con pereza Narcolepsia Otro trastorno del sueño que requiere atención médica es la narcolepsia, problema neurológico que provoca una somnolencia excesiva durante el día. Buck, por ejemplo, estaba constantemente adormilado. Se quedaba dormido de repente, incluso durante reuniones importantes. Así que decidió sostener un manojo de llaves en la mano para que cuando se durmiera se le cayeran al suelo, y el ruido lo despertara. Más adelante empezó a tener cataplexia (debilidad en las rodillas que le hacía desplomarse cuando sentía emociones intensas). Luego tuvo síntomas de parálisis del sueño así como alucinaciones ocasionales justo antes de dormirse. La narcolepsia suele comenzar entre los 10 y los 30 años de edad. Quienes la padecen a veces desarrollan lo que se conoce como conducta automática, un estado en el que parece que se comportan normalmente pero no recuerdan que hayan transcurrido largos períodos de tiempo. Lo trágico de esta enfermedad es que muchas veces pasan años sin que se diagnostique, y mientras tanto a la víctima se la tacha de ser perezosa, peculiar o lenta en su razonamiento. Si bien se considera incurable, con medicación y algunos ajustes en el estilo de vida se pueden tratar los síntomas con diversos grados de éxito.# Otros trastornos del sueño Hay otros dos problemas —los cuales aparecen juntos a veces— que afectan directamente las extremidades, produciendo insomnio crónico. Uno es el trastorno de movimientos periódicos de las extremidades, en el que las piernas, y a veces los brazos, dan sacudidas y experimentan contracciones espasmódicas durante el sueño. Veamos el caso de Michael. Las pruebas demostraron que una serie de episodios de movimientos periódicos de las piernas lo despertaban nada menos que unas trescientas cincuenta veces todas las noches. Otro trastorno es el síndrome de piernas inquietas,% en el que la persona nota una sensación en los músculos de las piernas y en las rodillas que le produce una necesidad irresistible de moverse y, por lo tanto, le impide conciliar el sueño. Aunque este trastorno a veces obedece a la falta de ejercicio o la mala circulación, en algunos casos parece que guarda relación con el consumo de cafeína. También se sabe que en ocasiones el alcohol agrava el problema. El bruxismo es un trastorno que se caracteriza por el acto de rechinar o apretar los dientes durante el sueño. Si se produce habitualmente, puede desgastar demasiado los dientes y causar mucha molestia en las mandíbulas, ocasionando insomnio grave. Dependiendo del grado de bruxismo, el tratamiento puede variar desde la cirugía oral hasta el uso de una protección para los dientes durante la noche. Este breve examen de unos cuantos trastornos del sueño demuestra que puede ser peligroso pasarlos por alto. Algunos tratamientos son sencillos, otros complejos, pero es fundamental que se administren. Si usted o un ser querido padece de insomnio crónico o tiene síntomas de cualquier trastorno del sueño que revista gravedad, lo más sensato es buscar ayuda profesional pronto. Aunque el tratamiento no elimine por completo el problema, es posible que reduzca considerablemente los riesgos y ayude a los implicados a sobrellevar mejor la situación. Y en el futuro, al cumplirse las promesas bíblicas, “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. Cuando Dios haga “nuevas todas las cosas”, las enfermedades habrán desaparecido por completo (Isaías 33:24; Revelación [Apocalipsis] 21:3-5). * Los ronquidos fuertes e irregulares propios de la apnea no deben confundirse con los ligeros y rítmicos producidos por muchas personas al dormir, cuyo principal inconveniente es el de mantener despiertos a quienes comparten su dormitorio. # Para más información sobre la narcolepsia, véase la revista ¡Despertad! del 8 de abril de 1991, págs. 19-21. % Para más información sobre este trastorno, llamado a veces parestesia nocturna, véase la revista ¡Despertad! del 22 de noviembre de 2000, págs. 19, 20.