viernes, 11 de mayo de 2012

los trastornos del sueño

INTRODUCCIÓN A continuación le presentamos los siguientes trastornos: Trastorno de la conducta motora, trastorno del lenguaje, trastorno de la esfera oroclimenticia. TRASTORNO DE LA CONDUCTA MOTORA DISGRAFÍAS La disgrafía es un trastorno de la escritura. Se distinguen en ella dos tipos: * Disgrafías adquiridas: son consecuencia de una lesión cerebral. Antes de la lesión la persona podía escribir correctamente. Además, no todos los aspectos de la escritura tienen que estar dañados por lo que se pueden aprovechar los que estén intactos para el tratamiento. *Disgrafías evolutivas: se refieren a los sujetos que tienen dificultades para aprender a escribir. Se pueden confundir con los retrasos. Dentro de estos dos tipos de disgrafía hay diferentes trastornos, según el proceso de escritura que esté dañado: *Afasia dinámica central: está dañada la planificación del mensaje. Hay dificultad en producir un lenguaje espontáneo creativo. Agramatismo: dificultades en la estructura sintáctica. * Disgrafías centrales: falla el procesamiento léxico (las rutas). Hay distintas alteraciones, dependiendo de los almacenes que estén dañados. * Disgrafías periféricas: están afectados los procesos motores. DISPRAXIAS Se trata de apraxias leves. Dentro de las dispraxias hay también diversos grados de afectación. El niño "dispráxico" tiene una falta de organización del movimiento. Suele confundirse, a veces, con la "debilidad motriz"; de ello depende un buen diagnóstico. No hay lesión neurológica. Las áreas que sufren más alteraciones son la del esquema corporal y la orientación témporo-espacial. Aunque el lenguaje suele no estar afectado, el niño con dispraxia presenta fracaso escolar, pues la escritura es de las áreas más afectadas. TICS Son movimientos repentinos, absurdos e involuntarios que afectan a un pequeño grupo de músculos y que se repiten a intervalos. Generalmente, no tienen como causa ninguna lesión de tipo neurológico. * Desaparecen durante el sueño. * Suelen aparecer entre los 6 y los 8 años y muchas veces lo hacen en la pubertad. * Hay mucha variabilidad. Suelen parecerse a gestos utilizados comúnmente. Pueden clasificarse según la parte del cuerpo en al que se localiza: * tics faciales (son los más frecuentes) * tics de la cabeza y cuello * tics del tronco y de los miembros * tics respiratorios (resoplidos, aspiraciones,...) * tics fonatorios (gruñir,...) * ..... Una persona puede tener un solo tic o varios; en este último caso suelen realizarse siempre en el mismo orden; también hay quien los hace simultáneamente. Aunque pueden ser controlados voluntariamente durante determinado tiempo, factores como la presencia de otras personas, las situaciones de estrés emocional,... tienden a desencadenarlo y/o aumentarlo. El tratamiento aplicado deberá adaptarse a la personalidad del niño; a partir de ello, el especialista infantil determinará si es conveniente prescribir medicación, realizar un tratamiento psicomotriz, entrar en psicoterapia, un tratamiento conductual o una combinación de ellas. Asimismo se orientará a la familia para que proceda a ayudar al niño de la forma más conveniente, ya que el medio familiar en el que se desenvuelve un niño con tics suele ser tenso y lleno de hábitos perfeccionistas. La familia deberá evitar "estar encima" del niño cada vez que haga el tic y, sobre todo, no culpabilizarlo ni reprimirlo. ONICOFAGIA Monografias.com La onicofagia (del griego onyx, "uña" y phagein, "comer") es el hábito de morderse (roer) o comerse las uñas de uno mismo. Se presenta en estados de ansiedad, normalmente puede estar asociado con el nerviosismo y el estrés. Una vez establecido en sujetos ansiosos puede ser desencadenado por el hambre, aburrimiento e inactividad. También puede ser un síntoma de algún trastorno mental o emocional, según su frecuencia. Su nombre clínico es onicofagia crónica.u

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Cuánto sueño necesitas realmente? Mucho menos del que piensas

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Los especialistas dicen que no. image El saber popular dice que nuestros antepasados dormían mucho más que nosotros, también que la presión alta es fruto de tener los ojos abiertos mucho tiempo, y demás cosas, es fácil ver por qué la gente tiende a creer que tiene una privación crónica de sueño. El hecho es que la mayoría de nosotros seguramente estará recibiendo más sueño del que estrictamente necesita. Nos convencemos a nosotros mismos de que necesitamos más. Pero ya por 1894, en el British Medical Journal, se publicó una editorial en la que se advertía que el “apuro y la excitación” de la vida moderna estaba llevando a una epidemia de insomnio… Ya vimos aquí el caso de Charles Dickens por la misma época. Y esto fue hace más de 100 años. Y no es que en esa época comenzamos a perder el sueño por el apuro moderno. Hace 150 años, un trabajador podía tener una jornada de 14 horas, y una semana laboral de seis días, e incluso por ahí debía dormir en una cama con varios familiares. En nuestra época hemos perfeccionado tanto el arte de dormir, con camas anatómicas, habitaciones aisladas del sonido, de la luz, almohadas perfectas. Todo lo que queramos. Y dormimos lo mismo que aquel trabajador, y nos quejamos de lo mismo: falta de sueño. En los últimos 40 años se han realizado muchos estudios sobre cuanto duerme la gente actualmente. Y los resultados son que el adulto saludable promedio suele tener entre siete y siete horas y media de sueño por las noches. Existe el mito de que nuestros ancestros solían dormir nueve horas, pero vasta con imaginar nomás que cuanto más al pasado vamos, más horas de trabajo solía tener la gente, y más horas podían perder en trasporte por ejemplo. O en cocinar, o en cualquier actividad cotidiana que ahora podemos hacer de forma rápida y sencilla, y hace cien años llevaba el doble o triple, o más tiempo. Al parecer, según Jim Horne, este mito de las nueve horas de sueño de nuestros antepasados proviene de un estudio de 1913 realizado por investigadores de California, que descubrió que los niños de entre 8 y 17 años dormían nueve horas. Hoy en día se sigue manteniendo esto, como podrá saber cualquier padre de adolescentes. Pero el hecho es que los adultos no necesitan tanto sueño. Algunos tan sólo necesitan cinco horas, y otros con siete están bien. La única parte del cuerpo que podría ser afectada por la falta de sueño (y hablamos de varios días sin dormir) es el cerebro. Diversos estudios demostraron que no hay diferencias fisiológicas en los músculos y órganos del cuerpo cuando uno duerme mucho o poco. Y no hay diferencia alguna entre estar durmiendo en la cama, o sólo estar recostado descansando. El único que sí nota la falta de sueño es el cerebro, que necesita sueño. Con sólo una noche sin haber dormido, comenzamos a notar el cansancio del cerebro, y nos volvemos irritables y nos cuesta realizar cualquier actividad, incluso nos cuesta hablar y pensar. Pero lo cierto, es que la mayoría de la gente recibe el sueño suficiente. Y es que desde hace más de cien años estamos recibiendo remedios y soluciones mágicas para poder solucionar nuestra “falta de sueño”, y esa falta de sueño nos ha sido impuesta por la cultura popular y la tradición occidental que viene acarreándola por más de 100 años.

Dormir mal es más dañino para las mujeres que para los hombres

Desde hace tiempo se sabe que un sueño deficiente daña más a las mujeres que a los hombres, ahora investigadores de la Universidad Duke han descubierto por qué. El estudio, publicado en Brain, Behavior and Immunity, descubrió que el sueño deficiente está asociado con problemas psicológicos (angustia)y un elevado riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Y descubrieron también que esto se daba mucho más en las mujeres que en los hombres. “Esta es la primera evidencia empírica que apoya lo que venimos observando sobre el rol del género sexual y sus efectos en la salud y en el sueño”, dijo Edward Suarez, psiquiatra y autor principal del artículo. “El estudio sugiere que el sueño deficiente (midiendo el total del tiempo de sueño, el grado de despertares durante la noche, y lo más importante es cuanto tiempo le lleva quedarse dormidos), podría tener mayores consecuencias para la salud de la mujer que del hombre”. Las mujeres son doblemente propensas a problemas de sueño. “Descubrimos”, sigue, “que para las mujeres, los problemas para dormir están asociados con altos niveles de angustia, y sentimientos de hostilidad, depresión o ira. En contraste, estos sentimientos no estaban asociados con el mismo tipo de problema de sueño en hombres”. El problema principal, es también, es que esto acarrea diversos riesgos de enfermedades, como decíamos antes.

¿Por qué nos cuesta tanto levantarnos por la mañana?

¿Por qué es que apretamos el botón de “snooze” del despertador? ¿Por qué seguimos un rato más? ¿Por qué nos cuesta tanto levantarnos de la cama por la mañana? ¿Vagancia? No necesariamente, es más factible que el reloj biológico de nuestro cuerpo esté desfasado con las demandas de nuestra vida diaria. Day 36 Reject El reloj biológico de nuestro cuerpo está controlado por el núcleo supraquiasmático, una parte del cerebro que controla nuestros ritmos circadianos, o sea los ritmos biológicos del cuerpo. Según dice Jean Matheson, especialista en desórdenes del sueño del Centro médico de Nueva York, estos ritmos naturales de nuestro cuerpo, por lo general no van alineados con las realidades que vivimos durante el día. El trabajo o la escuela, comienzan a horarios que no se pueden ajustar al programa de sueño de las personas. Las personas a las que les cuesta mucho levantarse, probablemente tienen su reloj biológico programado para un despertar más tardío, así como para irse a dormir más tarde, lo que hace que vayan en contra de los horarios impuestos por la sociedad. Según Matheson, es posible ajustar el reloj biológico con el que nos dicta la sociedad. Pero tiene un precio que tal vez no queramos encarar: no hay que dormir de más en los fines de semana. “Cuando la gente duerme hasta tarde los fines de semana, revierten todo a su ritmo natural”. O sea que mientras que durante la semana acostumbramos a nuestro cuerpo al ritmo artificial, en el fin de semana lo echamos todo a perder volviendo a cero. Uno se puede entrenar, dice Matheson, poniendo la alarma 15 minutos más temprano cada día, y acatándola, por supuesto. Pero… ¿quien puede dejar de lado esas preciosas mañanas de fin de semana en las que uno se deja dormir sin control alguno?

cansancio cronico

Si estás agobiado constantemente, estos simples consejos que ayudarán a vencer el cansancio con pequeñas mejoras en nuestra alimentación, nuestras actividades y nuestros hábitos de descanso. Cada día, millones de personas se quejan de estar siempre cansadas. La mayoría apunta con el dedo delator a los quehaceres diarios como culpables, a tener mucho para hacer y poco tiempo para hacerlo, especialmente los períodos extra ocupados. Pero generalmente el verdadero culpable son los hábitos diarios: lo que comemos, cómo dormimos y cómo lidiamos con nuestro entorno emocional. Cansancio crónico, consejos simples para energizar tu vida Lo primero que los médicos suelen recomendar es, aunque parezca paradójico, hacer ejercicio. Ya que el ejercicio aeróbico es estimulante. En este artículo vamos a resumir las simples estrategias que uno puede seguir para realizar cambios que nos recarguen de energía así no nos paseamos cansados por el mundo. Hay tres puntos importantes para atacar y así conquistar al endemoniado cansancio crónico: Energizar la dieta, energizar la actitud y conseguir un descanso restaurador. Energizando la dieta Es muy importante tomar un buen desayuno, incluso si no tenemos hambre. Muchos estudios muestran que la gente que desayuna algo cuando se levanta se siente mucho mejor fisica y mentalmente a lo largo del día. Incluso un grupo de investigadores británicos ha descubierto que desayunar un tazón de cereales reduce sensiblemente una hormona relacionada con el estrés. Come cada tres o cuatro horas. Comer algún bocado cada tanto es muy bueno para la salud, ya que mantiene tu azúcar y los niveles de energía estables todo el día. Esto lo recomiendan todos los nutricionistas. Con dos comidas principales y algunos bocados cada tres a cuatro horas uno tiene la energía suficiente para lidiar con todos los gastos energéticos del día. Pero si uno se pasa, y come demasiado eso es contraproducente, ya que el cuerpo va a demandar más energía para digerir esa inmensa cantidad de alimento. Entre los bocados entre comidas, lo mejor es elegir alimentos con fibra, ya que según estudios médicos entran al flujo sanguíneo de una forma tranquila y lenta, con lo que conseguimos un flujo de energía estable que permanece largo tiempo. Se recomienda comer entre 25 y 30 gramos de fibra al día, cuando casi todo el mundo no pasa de 10 gramos. Es importante también mantenerse hidratado, o sea consumir mucho líquido. No hay que olvidarse que la mayoría de los fluidos corporales provienen del agua, la sangre inclusive. No tomar suficiente agua hace que el corazón trabaje forzado y eso nos fatiga. El agua también hace que los nutrientes circulen por nuestro cuerpo. Según recomiendan los médicos, para saber si consumimos suficiente líquido, lo mejor es medir cuanto orinamos. Deberíamos ir al baño cada dos o tres horas, y la orina tendría que ser de un color claro o amarillo pálido. No sólo tomando mucha agua tenemos más líquido, se puede consumir frutas jugosas. Hay que cuidarse de consumir mucha cafeína. Es normal tomar mucho café en la oficina, a lo largo del día. Pero no sólo no es recomendable como energizante, sino que es uno de los causantes de que uno se sienta cansado, dicen los médicos. Ya que nos impide descansar bien por la noche. Lo mejor es tomar poco café, y no tomarlo luego del atardecer, porque sino al otro día estaremos ojerosos. El café es uno de los principales culpables de los ojos y párpados hinchados. Energizando la actitud Estar triste, aburrido, preocupado, enojado y peor, tener estrés general, son también los grandes culpables, según estudios, de llevarse gran parte de nuestra vitalidad a lo largo del día. Si uno se toma todos estos problemas con sabiduría puede redundar en beneficio para nuestro vigor diario. Simples actos como mojarse la cara, o tomar una ducha cuando uno se siente “quemado”, pueden revitalizarnos. Según un estudio reciente publicado en Journal of Personality and Social Psychology esta “terapia acuática” incrementa de forma exitosa la energía. Otros consejos que dan los psicólogos y psiquiatras son que uno no se deje estar en su aspecto general. En la vestimenta, y en el aseado diario. Si uno se ve al espejo de esa forma, se sentirá cansado. Tampoco ayuda si uno se encierra en sí mismo y no da a conocer sus sentimientos, no hay que guardarse nada, porque eso repercute negativamente en nuestro cuerpo. Incluso si uno mantiene un estado de enojo por mucho tiempo hace que el corazón trabaje más y eso genera cansancio. Hay que dejar pasar los enojos y aprender a perdonar, no sólo nos hace mal mentalmente mantenernos en un estado de enojo, sino que también nos afecta físicamente. Realizar buenas acciones también aumenta nuestra energía, según un estudio del Journal of Health and Social Behavior. El trabajo voluntario aumenta nuestra felicidad, nuestra satisfacción con la vida, nuestra auto estima, el sentido de control sobre nuestra vida, la salud física y mejora el humor. Descanso restaurador Uno tiende a dejar de lado el descanso cuando está ocupado. Es paradójico, porque uno se siente cansado, y se queja de tanto que hay por hacer, y lo primero que deja de lado para hacerse de más tiempo es el descanso, y así duermen menos. Lo mejor es dejar de lado tanta televisión o tiempo en la PC luego de la cena. Hay que dormir lo suficiente, y tener un descanso reparador. Los médicos también recomiendan no tener un reloj cerca cuando dormimos. Que las agujas miren para otro lado, porque no es bueno estar constantemente midiendo cuánto nos lleva dormirnos, o cuanto nos falta para que suene la alarma y levantarnos para ir a trabajar. Esta hipervigilancia mantiene al cerebro despierto y demasiado alerta, y paradójicamente no nos deja dormir bien. Tampoco es bueno que las mascotas duerman con nosotros. Ya que nos despiertan, o nos quitan espacio en la cama. Según estudios de la Clínica Mayo el 53% de los dueños de mascotas tienen problemas para dormir bien por las noches. No es bueno que haga mucho calor por la noche, así que a bajar la calefacción en invierno y aprender algún ventilador o acondicionador de aire en verano. La regla de los 15 minutos es muy interesante para seguir. Esta dice que si uno no se puede dormir o se despierta y no puede volver a conciliar el sueño en quince minutos, entonces lo mejor es salir de la cama y realizar alguna actividad relajante, nada de prender la tele o ir a navegar por la web, eso no relaja, sólo nos impedirá dormirnos. Así que con estos consejos simples, que no son difíciles de llevar a la práctica, ya podréis alejar ese cansancio crónico que os aqueja.

¿pueden surgir nos algun problema en el sueño?

Introducción Generalmente damos por supuesto que el dormir es algo normal. Sin embargo, la falta de sueño o insomnio es un síntoma molesto que con frecuencia nos lleva a consultar con el médico de cabecera. El insomnio puede ser secundario a los problemas que cada día tenemos que afrontar o bien ser consecuencia de problemas subyacentes más graves. Este folleto describe los diferentes trastornos que se pueden presentar en el sueño. En él dispondrá de algunos consejos simples para mejorar la calidad de su sueño y también de advertencias sobre cuando es necesario solicitar ayuda profesional para afrontar dichos problemas. Qué es dormir? Aunque mientras dormimos no somos conscientes del mundo que nos rodea, sin embargo, en este período de tiempo ocurren gran cantidad de cosas que son esenciales para que permanezcamos saludables. Dormimos de diferente forma en los diferentes momentos de la noche. Uno de los tipos de sueño más importantes es el llamado sueño de movimientos oculares rápidos (REM), que viene y se va varias veces durante la noche, representado cerca de una quinta parte de nuestro tiempo total de sueño. Durante el tiempo de sueño REM, el cerebro está particularmente activo, nuestros ojos se mueven rápidamente de un lado a otro, y soñamos. Durante otro tipo de sueño (sueño no REM) el cerebro está inactivo, pero existe gran cantidad de actividad corporal, las hormonas son liberadas en el flujo sanguíneo y los tejidos de nuestro organismo son reparados tras el desgaste del día previo. Cuánto necesita dormir? Esto depende principalmente de nuestra edad, aunque también varía mucho entre las personas de una misma edad. Los bebés duermen cerca de 17 horas al día, que se reducen a 9 o 10 horas cuando se van haciendo mayores. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche, aunque éstas serán menos según el individuo envejezca. Existen grandes diferencias entre unas personas y otras, hasta el punto que algunas personas pueden estar bien con sólo 3 horas de sueño por noche. Las personas mayores necesitan menos horas de sueño que el adulto joven y es frecuente que por las noches se encuentren despiertos, especialmente si durante el día han dormido la siesta. Qué ocurre si no duermo? Realmente nadie se ha muerto por no dormir. Una noche ocasional sin dormir tiene muy poco efecto sobre nuestra salud física o mental. Sin embargo, tras varias noches de insomnio nos sentimos adormilados durante el día, nos resulta más difícil el concentrarnos o tomar decisiones y se puede llegar a afectar nuestro estado de ánimo. Esto puede ser extremadamente peligroso para aquellas personas que manejan maquinaria pesada o que conducen. No hemos de olvidar la gran cantidad de muertes que se producen cada año como consecuencia de quedarse dormido al volante en las autopistas. Problemas de sueño en los adultos Dormir muy poco (insomnio) Con frecuencia nos quejamos que no dormimos lo suficiente o que la calidad de nuestro sueño no es satisfactoria. Sin embargo, realmente dormimos mucho más de lo que imaginamos ya que los pequeños períodos en los que nos encontramos despiertos durante la noche parecen mucho más largos de lo que realmente son. Los motivos de que durmamos muy poco generalmente pueden ser identificados sin tener que acudir al médico de cabecera. La presencia de demasiado ruido, una cama poco cómoda, una temperatura excesiva, rutinas irregulares o hacer poco ejercicio físico pueden ser responsables del insomnio. El comer demasiado puede hacer difícil conciliar el sueño, mientras que comer muy poco puede llevar a despertarse demasiado temprano. Los cigarros, el alcohol, las bebidas con cafeína tales como el café o el té, también trastornan el sueño. La calidad del sueño también se verá afectada por la presencia de algún dolor o si hace demasiado calor. Sin embargo la falta de sueño continuada puede ser debida a problemas emocionales, a dificultades en la vida diaria o, en ocasiones, a la presencia de problemas psicológicos más graves. Las personas con ansiedad intensa encuentran muy difícil conciliar el sueño. En la depresión grave, los pacientes se despiertan muy temprano, en ocasiones incluso en medio de la noche, y les resulta imposible el volver a conciliar el sueño. ¿Pueden los fármacos ayudar? A pesar de que las pastillas para dormir han sido utilizadas desde hace muchos años, en la actualidad sabemos que no constituyen una respuesta permanente para el problema del insomnio. Este tipo de fármacos le harán sentirse cansado o irritable al día siguiente y perderán su efecto bastante rápidamente, haciendo necesario el aumentar la dosis para conseguir el mismo efecto, dando lugar a una adicción. En definitiva, las pastillas para dormir deberían únicamente usarse durante breves períodos de tiempo en aquellas personas que están tan trastornadas que no pueden dormir. Sustancias a evitar El alcohol tiene efectos similares a los de las pastillas para dormir y los tranquilizantes y por eso debe ser evitado. Las pastillas para adelgazar también dificultarán su sueño, del mismo modo que lo hacen las "drogas de diseño" como el éxtasis o las anfetaminas. Ayudándose a sí mismo Si usted tiene problemas para dormir, aquí tiene algunos consejos que pueden ayudarle a conseguir una buena noche de descanso. * No pase mucho tiempo sin dormir. Sea constante en las horas de acostarse y levantarse cada día, esté usted cansado o no. * Asegúrese de que su cama y cuarto sean confortables. Evite los ambientes demasiado calurosos, demasiado fríos o demasiado ruidosos. * Realice una moderada cantidad de ejercicio físico durante el día, por ejemplo, nade o camine * No beba té o café por las tardes. Bébase un vaso de leche tibia antes de acostarse. * No beba demasiado alcohol, ya que a pesar de que éste le ayudará a quedarse dormido, casi con certeza le despertará durante la noche. * No coma o beba demasiado tarde en la noche. Intente cenar más temprano. * Si usted ha pasado una mala noche, resista la tentación de acostarse al día siguiente, ya que si lo hace le resultará más difícil dormir por la noche. * Intente relajarse antes de acostarse. Su médico podrá recomendarle alguna técnica de relajación. * Si algo le preocupa y no hay nada que pueda usted hacer al respecto en ese momento, intente escribir sobre ello antes de irse a la cama y dígase a sí mismo que tratará con el problema al día siguiente. * Si no se puede dormir, no se quede en la cama preocupado por ello, levántese y haga algo que encuentre relajante como puede ser leer, ver la televisión o escuchar música tranquila. Después de un rato se sentirá lo suficientemente cansado como para regresar a la cama. Si seguir estos consejos no es suficiente para combatir su problema de insomnio, será necesario que acuda a su médico de cabecera, bien para hablar de aquellos problemas que puedan estar preocupándole o bien para descartar la presencia de una enfermedad física, de algún medicamento que esté tomando, o de problemas emocionales de cualquier tipo que puedan ser responsables de su insomnio. Durmiendo en el momento inadecuado En ocasiones tenemos que estar despiertos cuando lo normal sería estar dormidos. Si esto ocurre ocasionalmente nos adaptamos con bastante facilidad. Sin embargo, la adaptación es más difícil cuando la alteración en nuestro patrón habitual de sueño es continua, como ocurre en los trabajadores por turno, como pueden ser los médicos o las enfermeras que hacen turnos de noche. Las personas en estas situaciones con frecuencia duermen en momentos en que deberían estar despiertos. Esto es similar a lo que ocurre en el "jet lag" típico de los vuelos transoceánicos, cuando el viajar rápidamente entre distintas zonas horarias significa que uno está despierto cuando todo el mundo duerme. Una buena forma de reajustar el sueño es asegurarse de que usted se despierta, por ejemplo con la ayuda de un despertador, a la misma hora que cada mañana, sin importarle cuanto tiempo ha dormido esa noche. No deberá regresar a la cama de nuevo antes de las 22.00 horas de la siguiente noche y pronto comenzará a dormir de forma natural en el momento adecuado. Durmiendo demasiado Algunas personas se quedan dormidas durante el día a pesar de que desean permanecer despiertas. Generalmente, la razón más frecuente es la falta de sueño en la noche previa. Algunas personas se quedan dormidas como forma de escapar de las presiones de la vida diaria. Sin embargo, cuando este tipo de trastorno tiene un carácter continuo es necesario descartar la presencia de enfermedades físicas como la diabetes, infecciones virales o problemas tiroideos. Existen también dos condiciones poco frecuentes que pueden hacer que las personas duerman demasiado: Narcolepsia Consiste en ataques repentinos e incontrolables de sueño durante el día, en ocasiones en público. Los pacientes tienen la sensación de no poderse mover y pueden oír o ver cosas extrañas como si estuvieran quedándose dormidos. La narcolepsia en ocasiones se asocia a caídas bruscas y repentinas secundarias a la pérdida de fuerza muscular cuando el paciente se enfada, se rie o se siente excitado. Apnea de sueño El roncar ruidosamente al dormir puede constituir un problema más para la persona que comparte la cama que para el que ronca. Sin embargo, la apnea de sueño es un trastorno potencialmente grave en el que los ronquidos ruidosos se asocian a interrupciones en la respiración de breve duración durante la noche. Cada vez que esto ocurre el paciente se despierta brevemente y debido a estos frecuentes despertares al día siguiente se siente muy cansado. Es más frecuente en las personas con sobrepeso y según avanza la edad. Otros problemas del sueño Sonambulismo y terrores nocturnos El sonambulismo se caracteriza porque aquél que lo padece se despierta aparentemente de la etapa más profunda de sueño para entonces llevara cabo actividades bastante complejas como caminar dando vueltas o subir y bajar escaleras. Esto puede llevar a la persona afectada a situaciones embarazosas y ocasionalmente peligrosas. A menos que se le despierte en ese momento, la persona no recordará nada al día siguiente. Estos episodios pueden estar precedidos de la presencia de terrores nocturnos en los que la persona parece sólo medio despierta y se siente obviamente asustada pero sin la clase de ideas intensas que caracterizan las pesadillas. Los terrores nocturnos pueden tener lugar por sí mismos sin dar lugar a sonambulismo. Pesadillas La mayoría de nosotros ha tenido sueños amenazadores o pesadillas. Las pesadillas generalmente tienen lugar durante la última parte de la noche cuando tenemos nuestros sueños más intensos y memorables. Las pesadillas no suelen causar problemas, a menos que sean muy frecuentes, lo cual generalmente es reflejo de la presencia de dificultades emocionales. Con frecuencia aparecen tras acontecimientos o sucesos traumáticos, tales como la pérdida o fallecimiento de un ser querido, un desastre o un ataque violento. La psicoterapia de apoyo puede ser de ayuda en estas ocasiones. Piernas inquietas Algunas personas se mueven mucho mientras duermen y pueden sacudir sus piernas hasta tal punto que impiden que su pareja pueda dormir. La solución más simple a este problema es el poner en la habitación dos camas individuales en lugar de una de matrimonio. Problemas de sueño en la infancia La mayoría de los padres suele tener problemas para acostar a sus hijos por la noche. Si los padres se sienten muy cansados puede resultaras difícil el atender a sus hijos tanto como quisieran. Por esta razón, es importante para todos que los padres ayuden a los niños más pequeños a aprender a dormir bien. Los primeros seis meses de vida Durante los primeros meses de vida, muchos padres han de levantarse más de una vez por la noche ya que los niños más pequeños se duermen y despiertan tanto durante el día como durante la noche. Lentamente van aprendiendo la diferencia entre ambos y comienzan a dormir más durante las noches. El papel de los padres en estos momentos es ayudarles estableciendo una rutina diaria regular que facilite el ritmo adecuado de sueño en sus hijos. Los bebés dormirán mejor si son ubicados en habitaciones tranquilas y oscuras que sean cálidas y confortables. Con frecuencia se tornan somnolientos después de una buena comida, pero se despertarán si tienen gases, hambre, sienten algún dolor o molestia o se sienten húmedos. Nueve meses y después Los bebés de esta edad ya son capaces de mantenerse despiertos, y por eso este es el momento en el que comienzan los problemas con el sueño. Los padres descubren que sus bebés están más despiertos si se encuentran excitados, muy cansados o ansiosos. Los problemas pueden surgir tras cualquier ruptura en la rutina habitual, como puede ocurrir en las vacaciones. A esta edad es muy frecuente que los bebés sientan pánico o una gran aflicción cuando se les deja repentinamente solos en la noche. Una vez más, la misión de los padres es el establecimiento de una rutina organizada para el tiempo que el bebé pasa en la cama siguiendo exactamente los mismos pasos cada noche. Esto ayudará al bebé a comprender qué está pasando y le permitirá establecer sus hábitos de sueño tranquila y gradualmente. Después de haber dicho " buenas noches ", usted puede quedarse cerca de la puerta durante un rato estando ésta ligeramente abierta, de forma que su bebé pueda oírle moverse alrededor. A esta edad, los bebés encuentran confortable y les tranquiliza tener una manita suave para abrazar o un osito, y un chupete que chupar. El balanceo de la cuna o el cantarles también puede ayudar. ¿Qué hacer si apesar de todos sus esfuerzos para tranquilizar a su bebé, éste no para de llorar? Si usted deja a su hijo sólo cuando está llorando, únicamente reforzará sus sentimientos de abandono y pánico. Es importante para los bebés el saber que usted acudirá cada vez que le necesiten. Una visita de vez en cuando para tranquilizarle y calmarle será útil, pero no coja a su bebé en brazos o él aprenderá que si grita lo suficiente usted acudirá y acabará cogiéndolo. Niños entre 1 y 2 años de edad Como mínimo, la mitad de los niños de esta edad suelen organizar un gran alboroto cuando tienen que irse a la cama. Algunos padres dejan a sus hijos llorar desesperadamente hasta que finalmente tras horas de gritos deponen esta actitud. Otros abandonan la idea de insistir en un rutina a la hora de acostarse. Existe un término medio que no hace que el niño se sienta abandonado y que le permite a usted mantener el control de la situación. Esto implica seguir la rutina habitual para ir a la cama diciendo "buenas noches" y abandonando el cuarto. Tan pronto como su hijo comience a llorar, regrese a la habitación y repita el último "buenas noches", y váyase de nuevo. Haga esto cada 5 minutos mientras dura el llanto del niño. Pero no permita que el niño abandone la cama y no esté usted fuera de la habitación por más de 5 minutos. Como mucho le tomará una semana que esto funcione y dé sus frutos. Causas particulares de problemas de sueño en los niños La mayoría de los niños tiene ocasionalmente sueños amenazadores o pesadillas, y generalmente sólo necesitan que se les abrace y tranquilice para ayudarles a reestablecer el sueño de nuevo. Las pesadillas que se repiten una y otra vez pueden ser el resultado de un estrés grave o de traumas emocionales. Si su hijo sufre pesadillas muy frecuentes, su pediatra sin duda alguna podrá ayudarle al respecto. En caso de ser necesario su pediatra podrá remitirle a los especialistas de la Unidad de Salud Mental que le corresponda. Terrores nocturnos Los niños pequeños en ocasiones se despiertan repentinamente aterrorizados. Si se les pregunta no podrán recordar ningún sueño y no recordarán nada a la mañana siguiente. Aunque los terrores nocturnos parecen muy dramáticos suelen responder a los intentos de tranquilización y suelen desaparecer rápidamente. Mojar la cama Aunque la mayoría de los niños ya no mojan la cama cuando tienen dos años, no es infrecuente que esto pueda ocurrir. Uno de cada diez niños todavía moja la cama a la edad de cinco años, mientras que uno de cada cincuenta adultos tiene el mismo problema. Esto es más frecuente en los niños que en las niñas, y suele tener un carácter familiar. Ocasionalmente, el mojar la cama puede ser un signo de enfermedad, por lo tanto es mejor que informe a su pediatra al respecto para que él le aconseje. Si su hijo está sano y es lo suficientemente mayor como para comprender, usted puede ser capaz de aumentar el número de noches secas felicitándole y animándole tras cada noche seca. Los castigos por mojar la cama no ayudan y realmente pueden empeorar la situación. Si su hijo todavía moja la cama a la edad de los 6 años es conveniente que solicite la ayuda de su pediatra.