martes, 31 de enero de 2012

¿existen alteraciones del sueño? ¿y si es asi como se llama?

¿Que es el insomnio? El insomnio es la percepción de incapacidad para dormir de una manera adecuada según las necesidades físicas de cada persona. Esta incapacidad puede darse de diferentes maneras: * dificultad para conciliar el sueño * despertarse frecuentemente durante la noche y con problemas para volverse a dormir * despertarse espontáneamente más temprano de lo que es habitual * sensación subjetiva de sueño no reparador Es uno de los trastornos más frecuentes en nuestra sociedad. Alrededor del 25% de la población padece frecuentes o esporádicas alteraciones relacionadas con el sueño. El insomnio no viene señalado necesariamente por el número de horas que una persona duerme, ya que esta cifra puede variar ampliamente. Los niños o jóvenes, las personas que realizan esfuerzo físico o psíquico mayor necesitan dormir más horas, mientras que las personas de edad avanzada duermen menos horas. Como media se puede considerar que la mayoría de los adultos necesitan una media de ocho horas de sueño continuado. La cantidad de horas necesarias para cada persona se la dará su experiencia personal. Si, por ejemplo duerme siete horas, y se encuentra somnoliento, irritable y cansado al día siguiente, indica que precisa dormir algo más. Si alguien con seis horas de sueño se siente despejado, con fuerzas, sin somnolencia al día siguiente, su descanso es suficiente. También influye la calidad del sueño ya que cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas de sueño inquieto y con pesadillas. Existen también diferencias en las personas respecto al patrón de sueño a lo largo del día, de modo que algunos sujetos que se podrían denominar matutinos tienden a levantarse y acostarse más temprano, mientras que otros sujetos vespertinos tienden a levantarse y acostarse más tarde. Estos últimos además presentan un adormecimiento mucho más lento. Según esto, los matutinos tendrían mayor nivel de activación y un tiempo de reacción más corto a primera hora de la mañana que los vespertinos, mientras que la desventaja sería para los matutinos por la tarde. El insomnio puede ser clasificado como transitorio, si dura menos de tres semanas, y generalmente es debido a alguna causa específica también transitoria fácil de determinar, intermitente si el problema para dormir aparece solo una noche de vez en cuando, y crónico si diariamente se duerme mal durante más de dos meses. ¿Qué es el sueño y cómo se produce? El sueño es absolutamente necesario para un adecuado funcionamiento físico y psíquico del individuo. Esta necesidad hace que el sueño sea considerado como una función pasiva, es decir, nos dormimos aunque no queramos. Mientras dormimos no todo el cuerpo está en reposo y existe una actividad cerebral, muscular, del sistema nervioso vegetativo perfectamente reconocible y que varía a lo largo de la noche en lo que se denomina fase del sueño REM y fase no REM. Esta última, a su vez, se divide en fase I y II que suponen el sueño superficial y las fases III y IV que abarcan el sueño profundo. El sueño suele comenzar por la fase I y va avanzando hasta la fase IV, durante la cual suele aparecer con más frecuencia alteraciones del sueño como el sonambulismo, los terrores nocturnos, hablar en sueños, la enuresis. Es en la fase IV en la que el sueño es más profundo y en la que el efecto reparador del sueño es mayor. Estos periodos de sueño no REM se ven interrumpidos por periodos REM, el primero de los cuales se presenta alrededor de 90 minutos después de haberse dormido. Durante una noche normal de ocho horas se presentará 4 o 5 veces este sueño REM. En la fase REM, que ocupa alrededor del 20% del total del sueño y denominada así por que en ella se producen movimientos rápidos de los ojos bajo los párpados cerrados, también se produce el nivel más bajo de tono muscular mientras que otros procesos fisiológicos se aceleran como el ritmo cardiaco, la respiración, la tensión arterial o la estimulación sexual. Es en esta fase también donde fundamentalmente se producen los sueños. Este patrón del sueño varía según las edades. Así en los recién nacidos el tiempo total de sueño alcanza las 17-18 horas con un sueño REM de casi el 50%. El sueño no REM no se instaura hasta que se alcanza el año de vida al tiempo que se va reduciendo progresivamente el tiempo REM. En el adulto el porcentaje de sueño REM permanece constante y su cantidad se ha relacionado con un adecuado funcionamiento cognitivo. En la vejez tiende a reducirse considerablemente la fase IV, mientras que la fase I aumenta mucho, produciéndose frecuentes despertares y deteriorándose considerablemente la calidad del sueño. ¿Qué produce el insomnio? Aparte de las condiciones naturales de la persona que pueden afectar al sueño como es la edad avanzada, la dificultad para dormir puede venir dada por causas internas o externas. Causas internas de insomnio: la mayor parte se deben al padecimiento de otras enfermedades orgánicas. Son muchas las enfermedades que directa o indirectamente alteran el reposo del sueño. * Enfermedades reumáticas, musculares o de las articulaciones que generan dolor de manera periódica o constante. * Enfermedades endocrinas o metabólicas como el aumento de la función tiroidea que provoca un aumento de la actividad metabólica general y por tanto ansiedad e inquietud. * Enfermedades respiratorias como el asma donde es frecuente que los ataques se produzcan por la noche, o la insuficiencia respiratoria crónica con dificultad para respirar y tos frecuente. * Enfermedades digestivas como el reflujo gastroesofágico que provoca despertar del sueño con sensación de ardor de estómago. * Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer donde es frecuente la presencia de deterioro del ritmo de sueño-vigilia, periodos de insomnio, agitación nocturna y somnolencia diurna. Los accidentes cerebrovasculares entre cuyas secuelas se encuentra también la alteración del ritmo del sueño, insomnio y agitación nocturna. La enfermedad de Parkinson que frecuentemente produce insomnio de inicio y fragmentación del sueño. Las cefaleas y migrañas que también pueden aparecer durante el sueño especialmente en la denominada cefalea en racimo. * Enfermedades psiquiátricas. Casi todos los trastornos psiquiátricos más frecuentes se acompañan de alteración del sueño, incluso en ocasiones son el primer signo que nos señala su aparición. En la depresión puede producirse un despertar precoz e imposibilidad para volverse a dormir. Los trastornos de ansiedad, en los cuales el problema suele estar en la dificultad para conciliar el sueño. La esquizofrenia, donde pueden observarse periodos de vigilia con muy pocas horas de sueño. La manía, en la que característicamente existe una disminución de la necesidad de horas de sueño sin que exista repercusión en forma de cansancio o somnolencia. Otros problemas psicológicos como la ansiedad o estrés, preocupaciones excesivas, acontecimientos vitales estresantes también pueden influir en la calidad del sueño. Causas internas de insomnio: * La conciliación y mantenimiento del sueño requiere habitualmente unas condiciones ambientales adecuadas. La existencia de ruidos intermitentes no habituales, la presencia de luz ambiental que por la mañana puede producir un despertar más temprano, la temperatura que provoca que si hace calor cueste conciliar el sueño y si hace frío el sueño sea más superficial y haya mayor número de despertares, la incomodidad de la cama o del lugar donde se duerme, los movimientos de la persona con la que se comparte cama, etc. * El consumo de sustancias tóxicas tales como la heroína, cocaína, anfetaminas, éxtasis, etc., afecta al Sistema Nervioso Central y por lo tanto pueden alterar el sueño. Otras sustancias, socialmente más extendidas y que también alteran el sueño son las Xantinas (café, té, cacao, colas). El consumo excesivo de estas últimas o incluso su uso moderado en personas sensibles puede dificultar especialmente la conciliación del sueño. La nicotina, en los grandes fumadores, puede dificultar el inicio del sueño y puede generar despertares durante la noche debido a la abstinencia de unas horas. El alcohol, aunque posee cierto efecto sedante inicial, dificulta que el sueño llegue a fases profundas y por lo tanto que sea reparador. * Son muchos los medicamentos que pueden ocasionar alteraciones del sueño y por lo tanto hay que tenerlos en cuenta cuando se busca la causa de un posible insomnio. Grupos farmacológicos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos, diuréticos, etc. pueden provocar insomnio. * Otros factores individuales que pueden influir son el conocido síndrome de cambio de zona horaria en largos viajes o cambios frecuentes de horario de sueño por motivos laborales que generan un problema crónico de sueño. ¿Cómo confirmar y analizar el insomnio? Es fácil detectar la presencia de un problema para dormir. Resulta algo más complicado determinar si existe o no alguna causa y que tipo de problema se padece. Para ello el médico recogerá todos los datos posibles a través de una historia clínica y una historia del sueño: tipo de inicio, duración, progresión, síntomas durante el día, factores que empeoran o mejoran el insomnio, antecedentes médicos, psiquiátricos y medicaciones, etc. Será siempre necesario antes de tratar un insomnio determinar que no existe otra enfermedad orgánica o psiquiátrica de base que lo provoque. Es posible realizar una exploración física del sueño a través de una Polisomnografía. Se trata de una técnica neurofisilógica que permite observar el sueño del individuo a través del control de diversos parámetros biológicos: el movimiento de los ojos, el tono muscular, la actividad eléctrica del cerebro y del corazón, la respiración y el movimiento de las piernas. Esta prueba aporta información acerca del tiempo total de sueño, eficiencia del sueño, número de despertares, movimientos musculares durante el sueño, tiempo de cada fase del sueño, presencia de apneas del sueño, frecuencia cardiaca, etc. Esta técnica no está indicada para todos los insomnios. Se ha de sospechar la presencia de problemas respiratorios (apneas), movimientos periódicos de las piernas (mioclonías), narcolepsia, somnolencia excesiva diurna, sonambulismo o crisis epilépticas nocturnas. ¿Cómo se soluciona el insomnio? El insomnio transitorio puede no requerir ningún tipo de tratamiento. Si es debido por ejemplo a un cambio de ritmo de sueño o cambio de zona horaria solamente habrá que esperar a que se reajuste de nuevo el reloj interno del ritmo sueño-vigilia. En algunos casos de insomnio transitorio o intermitente que genera deterioro importante del rendimiento durante el día puede ser recomendable la toma de algún medicamento inductor del sueño de acción corta y durante unos días con lo que el riesgo de dependencia se hace mínimo. En cualquier caso, siempre la toma de cualquier medicación será tras el consejo de un médico. En los insomnios crónicos primero habrá que detectar problemas médicos o psicológicos que puedan estar influyendo. En estos casos el tratamiento de la enfermedad de base puede solventar el problema. Se deberá también identificar comportamientos que pueden empeorar el insomnio y tratar de reducirlos o evitarlos. Se deberán al mismo tiempo promover conductas higiénicas favorecedoras del sueño. En el caso de prolongación del problema de insomnio con repercusión importante en la vida diaria está indicado el uso de medicamentos hipnóticos. Se busca con estos fármacos inducir el sueño poco después de ser ingeridos, con efectos que se prolonguen lo suficiente para mantener un sueño nocturno de calidad y evitar efectos secundarios al día siguiente. Existen hipnóticos de vida media corta, media o larga. En general se recomiendan las de vida media corta para aquellas personas que tienen dificultades para conciliar el sueño y las de vida media larga para las que presentan despertares frecuentes o despertar precoz. El uso de este tipo de medicamentos debe ser indicado siempre por un médico. Su uso crónico, sin control médico, puede llevar a casos de abuso o dependencia, teniendo que aumentar las dosis para conseguir el mismo efecto. Por supuesto, nunca han de ser combinados con la toma de alcohol, en un intento de potenciar efectos hipnóticos. ¿Cómo lo evito? Existen distintos medios de tipo higiénico que favorecen un sueño regular y reparador o que pueden ayudar a solventar algunas dificultades ligeras con el sueño. Algunos consejos al respecto son: * Horario regular de acostarse y levantarse, también incluyendo el fin de semana. * Ejercicio físico durante el día, evitando las últimas horas del día * No comer excesivamente antes de dormir * No tomar sustancias excitantes después del mediodía * Evitar trabajos o actividades que exciten especialmente en las horas previas al sueño * Comer o beber algo antes de acostarse * No beber alcohol antes de acostarse * No utilizar la cama para actividades distintas de dormir como comer, estudiar, ver televisión. * Dormir en oscuridad, con silencio y temperatura entre 18 y 22 ºC. * Cortar el ritmo excesivamente estresante durante el día con pequeñas interrupciones de unos minutos para relajarse. * No angustiarse si no se puede dormir. Levantarse y hacer algo relajante y volver a acostarse cuando se note algo de somnolencia. Es importante no coger fobia a la cama.

que ocurre en nuestro cerebro mientras dormimos

¿Qué pasa en el cerebro mientras dormimos? Descansar es crucial para la salud. Pero cuando dormirmos, hacemos mucho más que descansar: el cerebro fija los recuerdos y nos prepara para adquirir nuevos conocimientos Portada del suplemento ES del día 10 de diciembre del 2011 El ciclo del sueño *Las fases que se explican a continuación se repiten consecutivamente en varios ciclos durante toda la noche Etapa 1: 4-5% Sueño ligero. La actividad muscular se ralentiza, y algún músculo puede registrar pequeños espasmos *Etapa 2: 45-55% El ritmo de respiración y de pulsaciones baja. Ligero descenso de la temperatura corporal *Etapa 3: 4-6% Empieza el sueño profundo. El cerebro inicia la generación de ondas delta *EtapSueño muy profundo; respiración rítmica y actividad muscular limitada. El cerebro emite ondas deltao * Etapa 5: 20-25% Fase REM: movimiento ocular rápido, respiración y latidos se aceleran. En esta fase soñamos Una tarde de 1885, como tantas otras, el químico Friedrich August Kekulé se quedó dormido junto a la chimenea. Llevaba tiempo tratando de descifrar la arquitectura de algunas moléculas y, si bien había conseguido dar con algunas, otras, como el benceno, se le resistían. Durante aquella cabezadita, comenzó a soñar con átomos y moléculas, que se unían entre sí y formaban cadenas que se retorcían, giraban, se entrelazaban. Una de esas cadenas adquirió la forma de una serpiente que se mordía la cola formando un círculo y giraba sobre sí misma a gran velocidad. Al despertar, Kekulé vio que acababa de dar con la solución al problema de la estructura química del benceno. Algo similar le ocurrió a Dmitri Mendeléyev, a quien un sueño le inspiró la tabla periódica de los elementos; o al médico Otto Loewi, a quien la almohada le hizo dar con un experimento de neurociencia, gracias al cual acabó ganando el premio Nobel de Medicina. La lista de sueños reveladores no se detiene ahí. Quizás Frankenstein no existiría si Mary Shelly no hubiera soñado con él, ni tampoco conoceríamos El extraño caso de doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Stevenson. Incluso a Beethoven y a Paul McCartney muchas de sus melodías les sobrevenían mientras dormían. Y Gandhi explicaba que la inspiración para comenzar su protesta pacífica para conseguir la independencia de India partió justamente de parajes oníricos. Aunque muchas veces los sueños son bizarros e incoherentes, otras nos pueden conducir a resolver problemas. Ya lo dice la sabiduría popular, que nos recomienda consultar cualquier tipo de embrollo con la sabia almohada. Y es que en la mayoría de ocasiones, ocho horas de sueño reparador pueden hacer que nos levantemos con la mente clara, capaces de dilucidar una respuesta o de dar con una solución creativa a un rompecabezas. Durante siglos se creyó que al dormir, simplemente, el cerebro se desenchufaba y entraba en un tiempo muerto en el que no pasaba nada. Pero aquella explicación no parecía tener sentido evolutivo. ¿Por qué íbamos a tener que consagrar más de un tercio de nuestras vidas al letargo con la de cosas a que se podían dedicar esas horas perdidas? Además, ese estado semiinconsciente nos dejaba totalmente vulnerables ante posibles ataques. Todos los animales, además, duermen. Algunos cerca de 20 horas al día, otros apenas tres o cuatro. Incluso los hay, como los delfines, que duermen primero con una mitad y luego con la otra del cerebro. La naturaleza, pues, debía tener sus motivos. Experimentos y estudios conducidos en las últimas décadas han arrojado luz sobre este tema. Ahora la ciencia sabe que dormir es crucial, tanto como comer. Sin dormir, moriríamos en pocos días y dormir poco o mal compromete nuestro estado de salud, nuestras emociones e incluso las relaciones. Descansar bien es una especie de cura intensiva para el organismo física, psíquica y emocional. Mejora nuestro humor, estado de ánimo, el sistema inmunitario, nos recarga de energía, e incluso nos hace tener mejor aspecto. También esclarece la mente, nos permite disfrutar de nuevas experiencias, adquirir información y dar con soluciones creativas. Es, además, la herramienta con que nos ha dotado la evolución para aprender. Soñar para aprender A finales del siglo XIX, el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus vislumbró por primera vez esa vida secreta nocturna de las neuronas. Tras varios experimentos y observaciones, apuntó la posibilidad de que quizás dormir servía para consolidar lo que habíamos aprendido en el día, evitar que lo olvidásemos y prepararnos para aprender al día siguiente. Pero la comunidad científica descartó la idea por verla sin sentido. El cerebro, aseguraban, simplemente se apagaba. Un siglo más tarde, en los años 50, dos investigadores de la Universidad de Chicago, Eugene Aserinsky y Nathaniel Klietman, comprobaron esa teoría. Varios experimentos les permitieron demostrar que durante el descanso, el cerebro sigue trabajando a toda máquina. Vieron que en determinadas fases del sueño, como la REM (rapid eye movement, movimiento rápido de ojos. Véase texto adjunto), se generaban ondas a gran escala similares a las que se producían cuando estamos despiertos. Observaron, además, que grupos formados por miles de neuronas se activaban de forma sincronizada de una a cuatro veces por segundo durante la llamada fase de sueño lento. Parecía, pues, que el cerebro estaba de todo menos inactivo. Pero ¿qué hacía? Aunque no seamos conscientes de ello, el cerebro escanea continuamente el ambiente en busca de información provechosa; recoge datos sin parar y los acumula para que luego puedan ser usados. Y mientras dormimos, se detiene esa captación de información y el cerebro se dedica a procesar todo aquello que ha ido adquiriendo en el día. Peina las memorias formadas recientemente, las analiza y escudriña, descarta aquellas que considera irrelevantes, y potencia, refuerza y clasifica aquellas que nos pueden ser de utilidad al día siguiente. Ahora bien, cómo lleva esta tarea a cabo continúa siendo un misterio para la neurociencia. Sabemos que los recuerdos se forman al establecerse conexiones entre varios cientos, miles o incluso millones de neuronas, creando patrones de actividad. Esos patrones, cuando se reactivan, conducen a ese recuerdo, desde dónde hemos dejado las llaves del coche hasta cuándo acabó la Segunda Guerra Mundial. Es más, durante las horas de sueño no sólo se fijan los recuerdos, sino que también se diseccionan y se guardan sólo aquellos detalles considerados más relevantes. Para que eso suceda y podamos recuperar eficientemente el recuerdo, debe haberse fijado bien y las primeras horas tras su adquisición resultan cruciales. Al parecer, el cerebro almacena la información que va captando en el hipocampo, que funciona como una especie de memoria temporal. Y allí la mantiene hasta que decide si la elimina o la guarda. Mientras se encuentre en el hipocampo, deberá competir con otros muchos recuerdos por hacerse con un hueco, con una serie de sinapsis entre neuronas. Si el proceso falla y el recuerdo no se fija bien, tendrá interferencias; esto es, que se mezclará con otros recuerdos. Y eso será un desastre, porque cada vez que tratemos de evocarlo, reactivaremos patrones neuronales similares y el recuerdo que obtengamos estará adulterado con otros. Dormir es esencial para consolidar nuevos aprendizajes y se ha comprobado que se recuerda mejor después de un buen descanso. Estudios recientes con ratas han permitido constatar que en aquellos animales que habían aprendido a resolver un laberinto, la actividad de sus cerebros mientras dormían, durante la fase REM de sueño profundo, era muy similar a la que tenían cuando estaban aprendiendo a resolver el laberinto. Eso sugiere que los circuitos de aprendizaje podrían reforzarse durante las horas de sueño. De hecho, muchos músicos comprueban cómo, si practican una partitura particularmente difícil antes de ir a dormir, al levantarse por la mañana son capaces de interpretarla mejor. En un estudio del 2005, se monitorizó mediante tecnologías de imagen la actividad cerebral de pianistas que estaban tocando una partitura; se vio que se activaban regiones como el cerebelo izquierdo, el córtex motor, el hipocampo y el córtex prefrontal, todas ellas áreas encargadas de la rapidez y precisión de los dedos sobre el teclado. Y eran también esas áreas las que estaban más activas cuando los músicos dormían. El cerebro volvía una y otra vez sobre las sinapsis que se habían establecido durante el aprendizaje para reforzarlas. De ahí que, al día siguiente, a los pianistas les fuera más fácil tocar aquella partitura. Y lo mismo ocurre con los estudiantes ante un examen. Los que estudian y luego descansan ocho horas suelen obtener mejores resultados que los que pasan toda la noche en vela. Ocho horas diarias Thomas Edison consideraba que dormir era una completa pérdida de tiempo. Y tanto Napoleón como Margaret Thatcher se jactaban de que apenas necesitaban cerrar los ojos unas cuatro horas cada noche. Es cierto que algunas personas necesitan dormir más horas que otras, no obstante los científicos coinciden en afirmar que para un adulto, las horas de descanso aconsejables oscilan entre las siete y las ocho horas y media. Y para sumar esa cifras, las cabezaditas también cuentan, eso sí, siempre que incluyan sueño REM. Es fundamental darle al cuerpo la cantidad suficiente de sueño de calidad, y de manera regular. Eso depende en gran medida de la edad: los niños pequeños necesitan unas 16 horas al día, los adolescentes unas 10, mientras que las mujeres durante los tres primeros meses de embarazo necesitan dormir mucho más que una no embarazada. No obstante, a pesar de que descansar bien es una necesidad esencial del organismo, a veces solemos dormir menos horas de las deseables. El trabajo, el estrés, las actividades sociales consiguen arañarle minutos al sueño. Y quizás no seamos conscientes de ello, pero dormir menos de lo que el cuerpo requiere puede comportarnos problemas a corto y largo plazo porque estresamos a nuestra biología, que no está preparada para afrontar un déficit de sueño. De hecho, somos el único animal que duerme menos de lo qu

martes, 24 de enero de 2012

¿y en nuestro crecimiento?

Puedes apostar que la forma como duermes ha afectado la manera en la que has crecido. Como otras cosas con el cuerpo humano, hay muchos estimulantes en el impacto para el desarrollo. Por ejemplo, la dieta que ingerimos, los ejercicios, las hormonas y los genes. Por eso es vital que, cuando se está en la etapa de crecimiento se duerme la cantidad necesaria y aunque muchos dicen que 8 horas son suficientes, ¿por qué no tomar unas 12 horas si tienes la oportunidad? Si se pudiese hacer esto todos los días sería genial y habrían más personas altas. Si duermes de espalda, también es mejor para el crecimiento porque ayudará a estirar la columna vertebral haciéndola más derecha. Quizás para muchos sea mala idea, por cuestiones de respiración estar boca arriba mientras duermes, pero haciendo esto tu columna se quedará estirada toda la noche permitiendo el crecimiento y además evitando los dolores de espalda que son terribles. También, hay expertos que dicen que cuando duermes bien durante época de desarrollo, estimularás a la hormona de crecimiento humano, la que se encarga de hacernos más altos, y producirás el máximo de ellas. Todas estos estudios sugieren incluso que se pueden hacer estas prácticas siendo adultos ganando aunque sea unos 3 centímetros si se duerme de manera adecuada.

martes, 17 de enero de 2012

¿AFECTA EL SUEÑO A NUESTRO ANIMO?

Un buen descanso nocturno no es sólo una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Según estudios recientes, dormir bien te ayuda a vivir más y mejor. En idea sana te descubrimos todas las claves para que cuando te acuestes disfrutes de un descanso reparador y te levantes lleno de energía. Dulces sueños. Pasamos un tercio de nuestra vida en brazos de Morfeo. Unos 25 años, aproximadamente. Sin embargo, muchas veces no damos al descanso nocturno la importancia que merece. Investigaciones recientes han demostrado una clara relación entre la cantidad y la calidad del sueño y el estado de la salud y la esperanza de vida. Los españoles, aseguran los expertos, "dormimos poco y mal". La falta de sueño genera problemas de salud a la mitad de la población y los especialistas estiman que unos 13 millones de españoles padecerán a lo largo de su vida algún trastorno relacionado con el sueño. Nuestros malos hábitos de sueño influyen de forma negativa en el organismo: dolores de espalda, insomnio crónico, somnolencia diurna, gastroenteritis, hipertensión y cardiopatías son sólo algunas de las nefastas consecuencias que pueden evitarse si seguimos unos sencillos consejos. En el siguiente reportaje, te descubrimos todas las pautas para que mejores la calidad de tu sueño y te levantes cada mañana descansado y lleno de energía. A dormir también se aprende Son varios los factores que influyen en la calidad de nuestro descanso. Conseguir mantener unos hábitos adecuados al acostarnos es uno de los principales. Las rutinas antes de dormir son muy importantes, ya que de esta manera acostumbramos al cuerpo a seguir un ciclo regular. La primera recomendación es acostarse en cuanto aparezcan los primeros signos de sueño. Procura dormir el número de horas que necesitas. La mayoría de las personas descansan entre seis y nueve horas diarias, pero no es algo matemático, depende de las necesidades de cada individuo. La rutina es muy importante: acuéstate siempre a la misma hora. Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán Tomar un baño caliente, un vaso de leche templada o escuchar música tranquila son actividades relajantes que nos ayudarán a conciliar el sueño. Intenta aparcar tus problemas personales antes de dormir: no dejes que los conflictos laborales o familiares te quiten el sueño. Otro aspecto esencial es, por supuesto, la cama. La cama es para dormir o hacer el amor. No leas, estudies o veas la televisión en ella: te desvelarás. Tampoco debemos pasar por alto las características técnicas de nuestro lugar de descanso: elegir un buen somier y el colchón adecuado –los de dureza intermedia son los más recomendados–, así como una almohada que mantenga la espalda alineada nos evitará serios problemas de salud en el futuro. Cuida tu espalda Muchos dolores corporales son causados –y agravados– al adoptar posturas incorrectas durante el sueño. Y la espalda es, sin duda, la primera perjudicada. Según datos de un estudio realizado por la Fundación Kovacs, institución especializada en el cuidado de la espalda, el 80% de la población española padece algún tipo de dolor en la espalda, y un amplio porcentaje de los afectados reconoce sufrirlos al dormir. Gracias a la higiene postural, de la que te hablamos a continuación, podemos aprender cómo adoptar posturas y realizar movimientos o esfuerzos de forma que la carga que soporta la columna sea la menor posible. Pero el descanso no sólo repercute en nuestro físico. Dormir bien es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Recuerda que una mala noche de sueño tiene claros efectos en las tareas que realizamos durante el día. Dormir mal incide directamente en tu humor y te hace sentir cansado e irritable. ¿Qué te quita el sueño? Las causas que provocan el insomnio son diversas: desde un trauma o incluso el hecho de cambiar de trabajo. Los expertos aseguran que quienes lo padecen tienen dificultades para dormirse en menos de treinta minutos y mantener el sueño durante varias horas. Si te despiertas a menudo por la noche y no puedes volver a dormir puede que padezcas insomnio, uno de los trastornos del sueño más comunes que afecta en la actualidad a un tercio de la población mundial. Tras enfundarse en las sábanas, millones de personas luchan cada noche para intentar ‘pegar ojo’. Sin embargo, según estudios de la Asociación Ibérica de la Patología del Sueño (AIPS), sólo un 10% de los insomnes está tratado de manera adecuada. En España, se estima que el 90% de los afectados -cifrados en doce millones- sufren este trastorno en silencio sin recurrir a la ayuda del médico, lo que eleva a esta enfermedad al ranking de las menos valoradas. Este supuesto desinterés de los insomnes contrasta con el volumen de información que solicitan: leen todo lo que les llega a las manos, ven programas de televisión, escuchan la radio, demandan información sobre productos, técnicas o tratamientos que alivien sus noches de vigilia. Antonio Vela, director del Laboratorio del Sueño de la Universidad Complutense de Madrid, define el insomnio como “un síntoma de inadecuada o pobre calidad del sueño asociada a uno de estos síntomas nocturnos: dificultad para dormir, despertarse frecuentemente durante la noche con dificultad para volverse a dormir o hacerlo demasiado pronto por la mañana”. Las dificultades para dormir se asocian a múltiples enfermedades. En el insomnio, sobre todo el crónico, los factores causales más importantes son los de tipo psicopatológico. Las situaciones estresantes cuando afectan a personas vulnerables provocan la hiperalerta emocional, que se acompañan de un estado de activación corporal, incompatibles con dormir bien. Antonio Vela Bueno Antonio Vela Bueno Vicepresidente de la Asociación Europea de Patología del Sueño "El insomnio crónico va unido a una peor calidad de vida" Idea Sana: ¿Cuáles son las principales consecuencias del Insomnio? Antonio Vela Bueno: En conjunto, el insomnio crónico se acompaña de una peor salud, y así lo perciben quienes lo padecen. Esta patología, a la larga, supone una situación estresante por sí misma que puede contribuir al aumento de enfermedades diversas. I.S.: Se dice que el insomnio copa las 24 horas del día ¿de qué manera? A.V.B.: Cuando es crónico, y más si es grave, el insomnio se acompaña de una peor calidad de vida del que lo sufre. Afecta negativamente al bienestar físico –por ejemplo, más fatiga– al estado de ánimo –peor humor– a la atención y a la concentración entre otras funciones. Por otra parte tiene efectos negativos sobre el rendimiento laboral y las relaciones familiares y sociales I.S.: ¿En qué consiste el tratamiento del insomnio? A.V.B.: Se basa en una combinación de medidas farmacológicas y no farmacológicas. Entre éstas últimas están aquellas que implican mejorar la higiene del sueño y cambiar el estilo de vida. Otro aspecto importante del tratamiento tiene que ver con las técnicas de modificación de conducta y cognitivas. La psicoterapia está indicada dada la importancia de los factores psicológicos en el origen y mantenimiento del insomnio crónico. En el caso de que los fármacos estén indicados, deben usarse siempre mediante la prescripción del médico. I.S.: El tratamiento contra el insomnio es la última opción. ¿Se puede prevenir? A.V.B.: Sí. en la medida en que pueden prevenirse los factores causales y predisponentes. Es necesario destacar que aprender a hacer frente al estrés de manera más adaptativa y sana puede contribuir en gran medida a la prevención del insomnio crónico. Lo mismo puede decirse en cuanto al mantenimiento de hábitos saludables.

CUANDO Y PORQUE SURGE UN TRASTORNO

¿Hay algún significado para los sueños recurrentes? Yo me dedico específicamente a los trastornos del dormir, no tanto a los sueños. Un trastorno por el que la gente puede acudir a mi consultorio es la aparición de pesadillas, y cuando éstas son recurrentes hay técnicas bastante simples para ayudarles a corregir esto. Se presentan por diversos factores, por algún evento que sea muy importante o sin razón aparente. ¿Qué técnicas? Les pides a los pacientes que hagan la trama, el guión de la pesadilla, y les inviertes alguno de los pequeños detalles. Por ejemplo: “Voy caminando por casa de mi abuela, doy una vuelta a mano derecha y me encuentro al hombre lobo, que me quiere hacer cosas muy feas”. Entonces, a través de técnicas con imágenes practicamos: al ir caminando por el pasillo, en lugar de dar vuelta a la derecha te pido que des vuelta a la izquierda. Y ya. Se rompe. Así de simple. Debes practicarlo; tiene su chiste hacerlo, pero es efectivo. ¿Cuántas horas es recomendable dormir? Las que se necesiten. El rango va de cinco a diez horas por noche. Por ejemplo, un bebé recién nacido duerme como 17 horas al día; los adultos, más o menos siete y media. Los ancianos duermen menos, más fragmentado y más ligero. Pero el rango en un adulto es de cinco a diez. Artículos Relacionados * Apnea sueño: definición, concepto, síntomas, tratamiento y CPAP * Cómo evitar el insomnio sin soluciones químicas * Los trastornos del sueño, un padecimiento peligroso ¿Qué remedios recomiendas para dormir? El remedio es muy simple: hay que hacer siempre un diagnóstico y aplicar un tratamiento orientado específicamente para ese problema. No es lo mismo si no puedes dormir porque a lo largo del día tomaste mucho café o hiciste una siesta en la tarde, o si no duermes porque tienes que prender la televisión y te quedas viendo una película hasta que acabe, o si no duermes porque tu pareja ronca a un lado. No es igual si tienes un problema de ansiedad o si tienes insomnio terminal porque padeces depresión o el síndrome de piernas inquietas, que te obliga a levantarte por la noche. No es lo mismo si no puedes dormir porque dejas de respirar por algún problema c ardiaco y entonces sientes que te falta el aire y te despiertas (eso es la apnea), o si tienes insomnio porque la piel te pica y se trata de un prurito. O tienes dolor, y entonces hay que tratar el dolor o la comezón, o la náusea o la falta de aire. Entonces, lo primero es hacer un diagnóstico. Yo me dedico a eso; por supuesto, una persona que no sabe sólo manda un hipnótico para combatir el síntoma, sin atender las causas. Lo importante es hacer un diagnóstico para dar un tratamiento específico. ¿Cómo funciona la Clínica del Sueño de Médica Sur que diriges? La Clínica del Sueño consta de dos elementos centrales: por un lado médicos especialistas que han cursado estudios de profundización sobre trastornos del dormir durante un año, por lo menos. Y por el otro, un laboratorio del sueño en donde se tiene el equipo para detectar las anomalías del dormir. No significa que todas las personas con algún problema para dormir requieran un estudio del sueño, pero es importante tener acceso al estudio si se necesita. Entonces, se requiere el elemento humano con una formación específica en el área y los instrumentos técnicos para estudiar las cosas. ¿Cuál es el trastorno más común entre tus pacientes? El trastorno más común, sin lugar a dudas, es el insomnio; uno de cada tres adultos lo presentará a lo largo de un año. Y el que requiere un estudio del sueño con mayor frecuencia es la apnea que se presenta cuando el paciente ronca con mucha fuerza, deja de respirar y tiene sueño durante el día. Leer más en Suite101: Los trastornos del sueño: Entrevista con el especialista Harry Baker | Suite101.net http://angelica-navarro-castillo.suite101.net/los-transtornos-del-dormir-a1691#ixzz1jinuj1f0

lunes, 9 de enero de 2012

TIPOS DE TRANSTORNOS

TRASTORNOS DEL SUEÑO INSOMNIO El insomnio es uno de los trastornos más frecuentes de nuestra sociedad. Los expertos lo definen como la incapacidad para conciliar o mantener el sueño adecuadamente según las necesidades físicas de cada persona. El insomnio no tiene nada que ver con el número de horas de sueño, ya que esto depende fundamentalmente de las características de cada sujeto y no pueden establecerse generalizaciones; los niños, los jóvenes, y quienes realizan esfuerzos físicos probablemente necesitan más horas de sueño que otros grupos de población. Aunque lo normal oscila entre las siete y las nueve horas, esta cifra varía en cada persona; recientemente incluso, un trabajo relacionaba las seis-siete horas de sueño con una vida más larga. La Fibromialgia se asocia frecuentemente a insomnio pero también las personas sanas experimentan la aparición de dolor y fatiga a los pocos días de no descansar bien por la noche. Si usted se identifica con alguno de los siguientes enunciados, es probable que padezca insomnio: * Le cuesta conciliar el sueño. * Se despierta con frecuencia durante la noche y tiene problemas para volver a dormirse. * Por la mañana se despierta de repente, más temprano de lo habitual. * No tiene un sueño reparador y tiene la sensación habitual de que no ha descansado durante la noche. HIPERSOMNIA La hipersomnia es la presencia excesiva de somnolencia como mínimo durante un período de un mes. Esto se traduce en episodios prolongados de sueño nocturno o bien por la facilidad excesiva para conciliar el sueño durante el día. Esta situación no se puede explicar por la presencia de insomnio y no aparece exclusivamente en el trascurso de otro trastorno, ni puede atribuirse a una falta de sueño. Sí puede ser, en cambio, consecuencia de una enfermedad que ya tiene el paciente o de la ingesta de fármacos. Enfermedades respiratorias, endocrino-metabólicas, renales, hepáticas, del sueño (como la narcolepsia), infecciones y estados febriles dan lugar a la hipersomnia. También es posible que la hipersomnia acompañe a los cuadros de Síndrome de Fatiga Crónica. Para poner fin a la hipersomnia hay que tratar la enfermedad que la causa o retirar los fármacos que pueden producirla. Ultimamente han aparecido medicaciones eficaces para el control de la hipersomnia. APNEA DEL SUEÑO Apnea, una palabra de origen griego significa 'falta de respiración'. Esta enfermedad se caracteriza por la interrupción repentina de la respiración mientras se duerme y suele caracterizarse por los ronquidos fuertes que se prolongan regularmente durante un tiempo hasta que son interrumpidos por un largo período de silencio en el que se corta la respiración (es la apnea). Existen dos tipos de apneas, central y obstructiva. La apnea central es menos común, y se produce cuando el cerebro deja de enviar señales a los músculos encargados de la respiración. Por el contrario, en el caso de la apnea obstructiva, mucho más extendida, ni la garganta ni la nariz permiten que pase el aire necesario para respirar. En condiciones normales los músculos de la garganta, que son los que permiten el paso del aire a los pulmones, se relajan durante la noche, dejando un espacio suficientemente ancho para que continuemos respirando. Sin embargo, en algunos individuos, estos músculos se cierran de tal manera que impiden la llegada de aire a los pulmones, lo que provoca los ronquidos y otras dificultades para respirar. Durante las fases en las que el sueño es más profundo, pese a que aún no se conocen del todo las causas, la respiración puede detenerse por un período de tiempo prolongado (algo más de 10 segundos), tras lo que se presentan intentos precipitados por respirar. Estos episodios de apnea suelen provocar un cambio a otra fase del sueño más ligera, lo que explicaría la somnolencia diurna que padecen estos pacientes. De hecho, muchos de ellos no son capaces de recordar estos episodios durante el día, y es necesario recurrir a los familiares y a otro tipo de síntomas para reconocer el problema. Principalmente se reconoce por el cansancio y los dolores de cabeza durante el día, la pérdida de memoria, el aumento de peso, sensación de letargo o confusión etc, los altos niveles de presión arterial, y los ronquidos nocturnos. Hay algunos factores que podría inducir a padecer apnea del sueño. La edad y la obesidad son algunos de ellos (aunque casi el 40% de las personas con este problema no son obesas), además, el consumo de alcohol o sedantes, la obstrucción nasal, una lengua larga, tener las vías respiratorias estrechas e incluso una cierta fisonomía del paladar o el maxilar podrían ser factores que incrementen el riesgo. NARCOLEPSIA Enfermedad que consiste en un exceso de sueño durante el día, incluso después de haber dormido bien por la noche. Es una patología que afecta entre el 0,2 y el 3 por mil de la población general en la que se han propuesto como predistonentes determinadas características genéticas (que puede consultar en este enlace externo) entre las que destacan la presencia en el genotipo de una persona de determinados genes HLA: HLA-DRB1*15, HLA-DRB1*16 y HLA-DQB1*06. Los estudios efectuados en familias demuestran que la enfermedad se hereda como un rasgo autosómico recesivo y que el riesgo de padecerla se asocia estrechamente con la presencia de determinados alelos HLA clase II: DRB1*1501 y DQB1*0602. Se trata una somnolencia incontrolada que se manifiesta mediante períodos de sueño frecuentes durante las horas diurnas. Las personas que padecen narcolepsia suelen tener sensación de sueño de forma constante y pueden quedarse dormidas de forma repentina. Aunque tras estas breves 'cabezadas' el sujeto suele sentirse más descansado, al poco tiempo vuelve a sentir la misma somnolencia; las horas más frecuentes suelen ser las que siguen a las comidas, aunque también puede ocurrir mientras se conduce o simplemente manteniendo una conversación. La narcolepsia es un trastorno del sueño de origen neurológico. A veces la somnolencia es tan repentina y tan intensa que se denomina "ataque de sueño". Algunas personas pueden tener varios ataques de sueño durante el día. Los ataques de sueño pueden durar desde pocos minutos a más de una hora. Estos ataques tan bruscos e insuperables pueden confundirnos con un Síndrome de Fatiga Crónica. Otros síntomas de la narcolepsia, que pueden o no aparecer en todos los pacientes, son: * Cataplejia:es la repentina y reversible disminución o pérdida total del tono muscular, habitualmente provocada por emociones intensas como la risa, el enfado o el miedo. El paciente permanece consciente durante la cataplejia. * Parálisis del sueño:es una incapacidad temporal para hablar o moverse cuando el paciente empieza el sueño, durante el sueño o cuando se despierta. Puede durar desde segundos a minutos. * Alucinaciones hipnagógicas:son experiencias muy difíciles de distinguir de la realidad y a menudo aterradoras, generalmente ocurren mientras la persona se queda dormida o al despertar. Entre los enfermos existen grandes variaciones en el desarrollo, gravedad y orden de aparición de los síntomas. El diagnóstico es relativamente fácil cuando todos los síntomas de la narcolepsia aparecen y un médico experto podrá diagnosticarla con un simple interrogatorio, pero si solo se presentan ataques de sueño y la cataplejia es suave o no ocurre, el diagnóstico es más difícil y a veces puede ser confundido con otros desórdenes. Teniendo en cuenta que el diagnóstico de la narcolepsia se retrasa a menudo muchos años, es muy importante que el médico de atención primaria posea un actualizado conocimiento sobre los trastornos del sueño y así mismo que el paciente le proporcione una adecuada información sobre sus síntomas. Su médico especialista del Institut Ferran de Reumatología realizará el registro poligráfico del sueño del paciente, el Test de Latencia Múltiple del Sueño y también decidirá la oportunidad de reslizar pruebas inmunogenéticas. Aunque no existe cura para la narcolepsia, su tratamiento intenta controlar los síntomas que condicionan la vida familiar, social, laboral o escolar del paciente, cosa que se consigue en más del 70% de los casos. El tratamiento es individualizado, depende de la gravedad de los síntomas y de las características del paciente. Así como los síntomas de la narcolepsia varían de una persona a otra, la respuesta a la medicación también varía. Tanto las medicinas que su médico le recete como el estilo de vida del paciente son muy importantes. El principal tratamiento para el exceso de sueño son los estimulantes del sistema nervioso central. Para la cataplejia y otros síntomas relacionados con el sueño REM, se recetan antidepresivos. Un programa de siestas cortas durante el día ayudan a controlar el sueño diurno, aunque estas no debe reemplazar el sueño nocturno. La comunicación fluida entre el médico, el paciente y su familia sobre la respuesta al tratamiento es necesaria para alcanzar y mantener el control de los síntomas, así como para evitar o reducir los efectos secundarios del tratamiento. PARASOMNIAS Sucesos anormales que pueden aparecer mientras se duerme. Los más frecuentes son el hablar o los episodios de confusión al despertar. Se trata de un grupo de alteraciones muy variadas y, en general, bastante benignas, más típicas de la infancia o adolescencia, aunque a veces pueden durar y persistir en la edad adulta. También se incluyen en este grupo dolores diversos que producen despertares, taquicardias, sensaciones molestas como ahogo, o calambres en piernas durante la entrada en sueño. Al despertar se pueden producir terrores nocturnos; son típicos de niños, que se despiertan con sensación de pánico terrible, sudorosos y con taquicardia. TRASTORNOS DEL RITMO CIRCADIANO Todos los organismos vivientes siguen un ritmo. Por ejemplo, es común que la gente se despierte antes de que suene el despertador o que sienta hambre a la misma hora todos los días. Es como si un reloj interno funcionara de alarma. Estos procesos se conocen con el nombre de ritmo circadiano (del latín circa que significa alrededor, y dies, día). Los ritmos circadianos se pueden ver trastocados por distintas alteraciones del sueño como: Síndromes de sueño retrasado y adelantado, síndrome por cambio de zona horaria o jet lag, dificultades para conciliar el sueño debidas a cambios en el turno de trabajo etc. * Todas estas patologías del sueño son abordadas por el Instituto Ferran de Reumatología en colaboración con la Unidad del Sueño de Clínica CIMA. Quiero saber más El insomnio es un trastorno de la vigilancia que dura las 24 horas del día y se manifiesta clínicamente como la percepción de un sueño insuficiente o incapacidad para dormir. Un 40% de personas mayores consulta en algún momento por trastornos del sueño, siendo la prevalencia a nivel de la población general variable según las encuestas que la sitúan desde el 1% al 48%. Además de ser una de las causas principales de consumo farmacológico. El insomnio persistente es un factor de riesgo de accidentes, además de producir alteraciones del humor, afectando a la calidad de vida de la persona de forma importante. Siempre deberemos diferenciar entre un episodio de insomnio agudo, desencadenado como respuesta a situaciones de estrés, enfermedades agudas o consumo de algún fármaco nuevo . Insomnio crónico considerado como aquel de más de tres semanas de evolución, que deberá ser estudiado valorando las posibles causas. Otra de las causas frecuentes de consulta es por somnolencia diurna. Se estima que alrededor del 20% de ancianos presenta algún grado de somnolencia diurna, observándose como probables etiologías: estados depresivos, presencia de frecuentes despertares nocturnos, uso de fármacos para dormir, estado de vida sedentario y limitación de la actividad diaria.

que es el insomnio:

¿Que es el insomnio? El insomnio es la percepción de incapacidad para dormir de una manera adecuada según las necesidades físicas de cada persona. Esta incapacidad puede darse de diferentes maneras: * dificultad para conciliar el sueño * despertarse frecuentemente durante la noche y con problemas para volverse a dormir * despertarse espontáneamente más temprano de lo que es habitual * sensación subjetiva de sueño no reparador Es uno de los trastornos más frecuentes en nuestra sociedad. Alrededor del 25% de la población padece frecuentes o esporádicas alteraciones relacionadas con el sueño. El insomnio no viene señalado necesariamente por el número de horas que una persona duerme, ya que esta cifra puede variar ampliamente. Los niños o jóvenes, las personas que realizan esfuerzo físico o psíquico mayor necesitan dormir más horas, mientras que las personas de edad avanzada duermen menos horas. Como media se puede considerar que la mayoría de los adultos necesitan una media de ocho horas de sueño continuado. La cantidad de horas necesarias para cada persona se la dará su experiencia personal. Si, por ejemplo duerme siete horas, y se encuentra somnoliento, irritable y cansado al día siguiente, indica que precisa dormir algo más. Si alguien con seis horas de sueño se siente despejado, con fuerzas, sin somnolencia al día siguiente, su descanso es suficiente. También influye la calidad del sueño ya que cinco horas de sueño profundo y reparador pueden descansar más que ocho horas de sueño inquieto y con pesadillas. Existen también diferencias en las personas respecto al patrón de sueño a lo largo del día, de modo que algunos sujetos que se podrían denominar matutinos tienden a levantarse y acostarse más temprano, mientras que otros sujetos vespertinos tienden a levantarse y acostarse más tarde. Estos últimos además presentan un adormecimiento mucho más lento. Según esto, los matutinos tendrían mayor nivel de activación y un tiempo de reacción más corto a primera hora de la mañana que los vespertinos, mientras que la desventaja sería para los matutinos por la tarde. El insomnio puede ser clasificado como transitorio, si dura menos de tres semanas, y generalmente es debido a alguna causa específica también transitoria fácil de determinar, intermitente si el problema para dormir aparece solo una noche de vez en cuando, y crónico si diariamente se duerme mal durante más de dos meses. ¿Qué es el sueño y cómo se produce? El sueño es absolutamente necesario para un adecuado funcionamiento físico y psíquico del individuo. Esta necesidad hace que el sueño sea considerado como una función pasiva, es decir, nos dormimos aunque no queramos. Mientras dormimos no todo el cuerpo está en reposo y existe una actividad cerebral, muscular, del sistema nervioso vegetativo perfectamente reconocible y que varía a lo largo de la noche en lo que se denomina fase del sueño REM y fase no REM. Esta última, a su vez, se divide en fase I y II que suponen el sueño superficial y las fases III y IV que abarcan el sueño profundo. El sueño suele comenzar por la fase I y va avanzando hasta la fase IV, durante la cual suele aparecer con más frecuencia alteraciones del sueño como el sonambulismo, los terrores nocturnos, hablar en sueños, la enuresis. Es en la fase IV en la que el sueño es más profundo y en la que el efecto reparador del sueño es mayor. Estos periodos de sueño no REM se ven interrumpidos por periodos REM, el primero de los cuales se presenta alrededor de 90 minutos después de haberse dormido. Durante una noche normal de ocho horas se presentará 4 o 5 veces este sueño REM. En la fase REM, que ocupa alrededor del 20% del total del sueño y denominada así por que en ella se producen movimientos rápidos de los ojos bajo los párpados cerrados, también se produce el nivel más bajo de tono muscular mientras que otros procesos fisiológicos se aceleran como el ritmo cardiaco, la respiración, la tensión arterial o la estimulación sexual. Es en esta fase también donde fundamentalmente se producen los sueños. Este patrón del sueño varía según las edades. Así en los recién nacidos el tiempo total de sueño alcanza las 17-18 horas con un sueño REM de casi el 50%. El sueño no REM no se instaura hasta que se alcanza el año de vida al tiempo que se va reduciendo progresivamente el tiempo REM. En el adulto el porcentaje de sueño REM permanece constante y su cantidad se ha relacionado con un adecuado funcionamiento cognitivo. En la vejez tiende a reducirse considerablemente la fase IV, mientras que la fase I aumenta mucho, produciéndose frecuentes despertares y deteriorándose considerablemente la calidad del sueño. ¿Qué produce el insomnio? Aparte de las condiciones naturales de la persona que pueden afectar al sueño como es la edad avanzada, la dificultad para dormir puede venir dada por causas internas o externas. Causas internas de insomnio: la mayor parte se deben al padecimiento de otras enfermedades orgánicas. Son muchas las enfermedades que directa o indirectamente alteran el reposo del sueño. * Enfermedades reumáticas, musculares o de las articulaciones que generan dolor de manera periódica o constante. * Enfermedades endocrinas o metabólicas como el aumento de la función tiroidea que provoca un aumento de la actividad metabólica general y por tanto ansiedad e inquietud. * Enfermedades respiratorias como el asma donde es frecuente que los ataques se produzcan por la noche, o la insuficiencia respiratoria crónica con dificultad para respirar y tos frecuente. * Enfermedades digestivas como el reflujo gastroesofágico que provoca despertar del sueño con sensación de ardor de estómago. * Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer donde es frecuente la presencia de deterioro del ritmo de sueño-vigilia, periodos de insomnio, agitación nocturna y somnolencia diurna. Los accidentes cerebrovasculares entre cuyas secuelas se encuentra también la alteración del ritmo del sueño, insomnio y agitación nocturna. La enfermedad de Parkinson que frecuentemente produce insomnio de inicio y fragmentación del sueño. Las cefaleas y migrañas que también pueden aparecer durante el sueño especialmente en la denominada cefalea en racimo. * Enfermedades psiquiátricas. Casi todos los trastornos psiquiátricos más frecuentes se acompañan de alteración del sueño, incluso en ocasiones son el primer signo que nos señala su aparición. En la depresión puede producirse un despertar precoz e imposibilidad para volverse a dormir. Los trastornos de ansiedad, en los cuales el problema suele estar en la dificultad para conciliar el sueño. La esquizofrenia, donde pueden observarse periodos de vigilia con muy pocas horas de sueño. La manía, en la que característicamente existe una disminución de la necesidad de horas de sueño sin que exista repercusión en forma de cansancio o somnolencia. Otros problemas psicológicos como la ansiedad o estrés, preocupaciones excesivas, acontecimientos vitales estresantes también pueden influir en la calidad del sueño. Causas internas de insomnio: * La conciliación y mantenimiento del sueño requiere habitualmente unas condiciones ambientales adecuadas. La existencia de ruidos intermitentes no habituales, la presencia de luz ambiental que por la mañana puede producir un despertar más temprano, la temperatura que provoca que si hace calor cueste conciliar el sueño y si hace frío el sueño sea más superficial y haya mayor número de despertares, la incomodidad de la cama o del lugar donde se duerme, los movimientos de la persona con la que se comparte cama, etc. * El consumo de sustancias tóxicas tales como la heroína, cocaína, anfetaminas, éxtasis, etc., afecta al Sistema Nervioso Central y por lo tanto pueden alterar el sueño. Otras sustancias, socialmente más extendidas y que también alteran el sueño son las Xantinas (café, té, cacao, colas). El consumo excesivo de estas últimas o incluso su uso moderado en personas sensibles puede dificultar especialmente la conciliación del sueño. La nicotina, en los grandes fumadores, puede dificultar el inicio del sueño y puede generar despertares durante la noche debido a la abstinencia de unas horas. El alcohol, aunque posee cierto efecto sedante inicial, dificulta que el sueño llegue a fases profundas y por lo tanto que sea reparador. * Son muchos los medicamentos que pueden ocasionar alteraciones del sueño y por lo tanto hay que tenerlos en cuenta cuando se busca la causa de un posible insomnio. Grupos farmacológicos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos, diuréticos, etc. pueden provocar insomnio. * Otros factores individuales que pueden influir son el conocido síndrome de cambio de zona horaria en largos viajes o cambios frecuentes de horario de sueño por motivos laborales que generan un problema crónico de sueño. ¿Cómo confirmar y analizar el insomnio? Es fácil detectar la presencia de un problema para dormir. Resulta algo más complicado determinar si existe o no alguna causa y que tipo de problema se padece. Para ello el médico recogerá todos los datos posibles a través de una historia clínica y una historia del sueño: tipo de inicio, duración, progresión, síntomas durante el día, factores que empeoran o mejoran el insomnio, antecedentes médicos, psiquiátricos y medicaciones, etc. Será siempre necesario antes de tratar un insomnio determinar que no existe otra enfermedad orgánica o psiquiátrica de base que lo provoque. Es posible realizar una exploración física del sueño a través de una Polisomnografía. Se trata de una técnica neurofisilógica que permite observar el sueño del individuo a través del control de diversos parámetros biológicos: el movimiento de los ojos, el tono muscular, la actividad eléctrica del cerebro y del corazón, la respiración y el movimiento de las piernas. Esta prueba aporta información acerca del tiempo total de sueño, eficiencia del sueño, número de despertares, movimientos musculares durante el sueño, tiempo de cada fase del sueño, presencia de apneas del sueño, frecuencia cardiaca, etc. Esta técnica no está indicada para todos los insomnios. Se ha de sospechar la presencia de problemas respiratorios (apneas), movimientos periódicos de las piernas (mioclonías), narcolepsia, somnolencia excesiva diurna, sonambulismo o crisis epilépticas nocturnas. ¿Cómo se soluciona el insomnio? El insomnio transitorio puede no requerir ningún tipo de tratamiento. Si es debido por ejemplo a un cambio de ritmo de sueño o cambio de zona horaria solamente habrá que esperar a que se reajuste de nuevo el reloj interno del ritmo sueño-vigilia. En algunos casos de insomnio transitorio o intermitente que genera deterioro importante del rendimiento durante el día puede ser recomendable la toma de algún medicamento inductor del sueño de acción corta y durante unos días con lo que el riesgo de dependencia se hace mínimo. En cualquier caso, siempre la toma de cualquier medicación será tras el consejo de un médico. En los insomnios crónicos primero habrá que detectar problemas médicos o psicológicos que puedan estar influyendo. En estos casos el tratamiento de la enfermedad de base puede solventar el problema. Se deberá también identificar comportamientos que pueden empeorar el insomnio y tratar de reducirlos o evitarlos. Se deberán al mismo tiempo promover conductas higiénicas favorecedoras del sueño. En el caso de prolongación del problema de insomnio con repercusión importante en la vida diaria está indicado el uso de medicamentos hipnóticos. Se busca con estos fármacos inducir el sueño poco después de ser ingeridos, con efectos que se prolonguen lo suficiente para mantener un sueño nocturno de calidad y evitar efectos secundarios al día siguiente. Existen hipnóticos de vida media corta, media o larga. En general se recomiendan las de vida media corta para aquellas personas que tienen dificultades para conciliar el sueño y las de vida media larga para las que presentan despertares frecuentes o despertar precoz. El uso de este tipo de medicamentos debe ser indicado siempre por un médico. Su uso crónico, sin control médico, puede llevar a casos de abuso o dependencia, teniendo que aumentar las dosis para conseguir el mismo efecto. Por supuesto, nunca han de ser combinados con la toma de alcohol, en un intento de potenciar efectos hipnóticos. ¿Cómo lo evito? Existen distintos medios de tipo higiénico que favorecen un sueño regular y reparador o que pueden ayudar a solventar algunas dificultades ligeras con el sueño. Algunos consejos al respecto son: * Horario regular de acostarse y levantarse, también incluyendo el fin de semana. * Ejercicio físico durante el día, evitando las últimas horas del día * No comer excesivamente antes de dormir * No tomar sustancias excitantes después del mediodía * Evitar trabajos o actividades que exciten especialmente en las horas previas al sueño * Comer o beber algo antes de acostarse * No beber alcohol antes de acostarse * No utilizar la cama para actividades distintas de dormir como comer, estudiar, ver televisión. * Dormir en oscuridad, con silencio y temperatura entre 18 y 22 ºC. * Cortar el ritmo excesivamente estresante durante el día con pequeñas interrupciones de unos minutos para relajarse. * No angustiarse si no se puede dormir. Levantarse y hacer algo relajante y volver a acostarse cuando se note algo de somnolencia. Es importante no coger fobia a la cama.

EL SUEÑO EN AMBITO CIENTIFICO TECNOLOGICO

¿Qué es el sueño? El acto de soñar constituye un estado fisiológico por medio del cuál se eliminan o destruyen toxinas acumulativas por la fatiga y el trabajo excesivo de los tejidos nerviosos. Durante éste se observa que el tejido muscular se relaja. La sensibilidad disminuye notablemente, el ritmo de la circulación y de la respiración son más pausados y las reacciones químicas del organismo son mas débiles. Para S. Freud el sueño es el resultado de nuestras propia actividad anímica, representado por imágenes visuales surgidas por representaciones involuntarias y por imágenes auditivas proyectadas en su espacio exterior. El diccionario define la palabra "sueño" como acto de dormir y también le da un segundo significado, describiéndolo como el acto de representarse en la fantasía de uno, mientras duerme, sucesos e imágenes. Nuestros sueños nos desvelan mediante símbolos, tanto nuestros más íntimos deseos como nuestros problemas, ya sean fobias, complejos, angustias, tensiones familiares o laborales, problemas sexuales o afectivos. "ALGO CURIOSO SOBRE ELLOS" Normalmente dormimos unas 8 horas diarias, esto quiere decir que pasamos durmiendo una tercera parte de nuestra vida... así es que cuando tengas 6o años habrás perdido unos 20 sin hacer nada...increíble, no? Aunque parezca una paradoja, ese tiempo perdido es imprescindible para recuperarnos del desgaste producido."Sin soñar es imprescindible vivir" Hay que distinguir 3 términos altamente relacionados: consciente, inconciente y subconsciente. El primero se refiere a lo que ahora tenemos en la mente. Lo que tenemos olvidado "fuera" de la mente, corresponde al inconsciente y lo que no tenemos en mente pero podemos acceder a ello con facilidad es el subconsciente. Todo lo que hacemos, pensamos y sentimos se va almacenando en un lugar concreto de la conciencia, (está comprobado mediante la hipnosis que no olvidamos absolutamente nada). Los animales de sangre fría no sueñan nunca (excepto el camaleón), ya que al bajar la temperatura, todas sus funciones vitales quedan prácticamente paralizadas. Los animales de sangre caliente sí: el pájaro sueña un '5% del tiempo que pasa durmiendo. El porcentaje del tiempo que el hombre pasa soñando va disminuyendo a medida que pasan los años. En definitiva,"soñar es un privilegio del hombre". "¿CÓMO EMPEZÓ TODO ESTO?" Ya hubo interpretaciones de sueños con las primeras muestras de lenguaje escrito, hace unos 6000 años. A partir de aquí todas las culturas y libros sagrados nos hablan del importante papel que tuvieron los sueños (era la mejor prueba de la existencia del alma, de los dioses y de otra vida. En 1900, Sigmund Freud publica la "interpretación de los sueños" Freud también puso los cimientos al conocido Psicoanálisis. En 1920,Kleiman empieza a estudiar el REM (Rapid Eye Movement = movimiento rápido del ojo), que sólo se produce mientras soñamos y consiste en que los músculos del ojo se contraen y relajan, y éste se desplaza con gran rapidez. "¿POR QUÉ OLVIDAMOS LOS SUEÑOS?" Cada noche soñamos varias veces, y es muy usual que no recordemos lo que hemos soñado. Según los especialistas, es posible recordar los sueños si despertamos en el momento adecuado. Pero existe la "censura freudiana", e inconscientemente tendemos a impedir que el sueño aflore al consciente. Por ejemplo, si despertamos bruscamente cuando esté finalizada una fase REM recordaremos casi perfectamente el sueño. Éste es una conversación con nosotros mismos en la que el inconsciente nos enfrenta a problemas, necesidades,.. que nos implican directamente y lo hace en un lenguaje propio, muy simbólico; aunque algunos símbolos en el sueño sean fácilmente traducibles, otros sólo pueden ser interpretados por el propio soñador. Interpretar un sueño basándose íntegramente en un diccionario, (aunque lo que yo te voy a mostrar es una lista bastante reducida) es totalmente absurdo, antes es necesario conocer profundamente al soñador, o si el sueño despierta algún sentimiento o recuerdo en él. Esto será de valiosa ayuda, aunque por sí solo no posee un valor real, lo que importa son los símbolos personales.

funciona nuestro celebro mientras dormimos

1.1-Sueño El sueño humano es una conducta muy compleja. Mucho más de lo que realmente podemos llegar a imaginarnos. Mientras dormimos nuestro cerebro sigue funcionando, y una prueba de ello la encontramos en los sueños, los cuales a veces llegan a ser tan intensos como la realidad misma. Durante el período de sueño, en nuestro organismo acontecen una serie de cambios fisiológicos, desde variaciones en el funcionamiento cerebral, en el sistema muscular, o en la respiración, hasta cambios en el sistema genital. En 1968, y a partir de las observaciones realizadas en algunos de estos parámetros, A. Rechstchaffen y A. Kales publicaron un manual de clasificación del sueño en diferentes etapas, clasificación que hoy en día sigue aún vigente (A Manual of Standarized Terminología, Techniques and Scoring System for Sleep Stages of Human Subjects). Según esta clasificación, el sueño se subdivide en 2 grandes etapas: MOR (que literalmente significa etapa caracterizada por movimientos oculares rápidos -en inglés, REM, rapid eye moviment) y etapa NMOR (sin movimientos oculares rápidos. A su vez, la etapa NMOR se subdivide según la profundidad del sueño (de menor a mayor) en fase I, fase II, fase III y fase IV. La distribución de estas fases a lo largo del período de sueño no es aleatoria, sinó que sigue unas reglas prestablecidas (ver hipnograma. Además, esta distribución también varía a lo largo de la evolución ontogenética, es decir, durante la vida de un individuo. Des del nacimiento hasta la vejez, las características del sueño van variando, principalmente en número de horas dormidas y en el porcentaje de tiempo en que cada fase se manifiesta. 1.2-Fases del sueño Si observásemos atentamente a una persona desde que se acuesta hasta por ejemplo 2 horas después de quedarse dormida, nos daríamos cuenta que en su organismo se producen una serie de cambios. Por ejemplo, es frecuente (aunque no necesario para dormirse) que al inicio del sueño se den contracciones musculares en las extremidades o en todo el cuerpo. Estas contracciones indicarían que la persona acaba de dormirse. Otro tipo de cambio son los movimientos oculares rápidos que se producen aproximadamente al cabo de 90 minutos del inicio del sueño, signo de que la persona está soñando. Como hemos comentado anteriormente, algunos de estos cambios fisiológicos fueron tomados en cuenta por A. Rechstchaffen y A. Kales para clasificar el sueño en diferentes etapas. Esta clasificación se realiza a partir del registro de los siguientes parámetros electrofisiológicos: * Electroencefalograma (EEG): medida de la actividad eléctrica cerebral * Electroculograma (EOG): medida de los movimientos oculares * Electromiograma submentoniano: medida del tono muscular * Respiración: medida del flujo de aire inspirado y cantidad de movimiento muscular torácico-abdominal * Oximetría: cantidad de oxígeno en sangre La distribución estas etapas en el período de sueño no es aleatoria, sinó que se ciñe a unas características comunes en la mayoría de individuos sanos, las cuales quedan bien reflejadas en el hipnograma. A continuación comentaremos en detalle cuáles son las principales características de las diferentes fases del sueño. 1.2.1 Fase I: es la fase de sueño ligero, aquella en la que aún percibimos la mayoría de estímulos que suceden a nuestro alrededor (auditivos y táctiles. El sueño en fase I es poco o nada reparador, y coincide con aquellas situaciones en que si habiéndonos quedado dormidos en el sofá alguien nos dijera: Oye, ya está bien, no te duermas, nosotros contestaríamos: si no estaba durmiendo... En la fase I de sueño la actividad cerebral combina el patrón alfa con el theta de baja amplitud. El tono muscular está disminuido con relación a la vigilia y aparecen movimientos oculares lentos (Gráfico fase I. 1.2.2 Fase II: en esta fase se produce un bloqueo de los 'inputs' sensoriales en el ámbito de tálamo, es decir, nuestro sistema nervioso bloquea las vías de acceso de la información sensorial. Este bloqueo comporta una desconexión del entorno, lo que facilita la conducta de dormir. El sueño de fase II: es parcialmente reparador, lo que sugiere que no es suficiente para descansar completamente. En la fase II de sueño, la actividad cerebral es predominantemente theta, aunque aparecen algunas salvas de ondas delta. Son característicos de esta fase los husos de sueño (salvas de 0.5 a 2 segundos de actividad beta de 12 a 14 ciclos por segundo; en inglés, spindles) y los complejos K (ondas bifásicas de gran amplitud. El tono muscular es menor que en fase I, y desaparecen los movimientos oculares (Gráfico fase II. 1.2.3 Fase III: el bloqueo sensorial se intensifica con relación a la fase II, lo que indica una mayor profundidad de sueño. Si nos despertamos en esta fase, nos encontramos confusos y desorientados (en fase IV sucede lo mismo pero aún con mayor intensidad. El sueño de fase III es esencial para que la persona descanse subjetiva y objetivamente. En esta fase, la actividad cerebral es preferentemente delta, aunque con presencia de actividad theta. El tono muscular es aún más reducido que en fase II, y tampoco hay movimientos oculares (Gráfico fase III). 1.2.4 Fase IV: es la fase de mayor profundidad del sueño, en la que la actividad cerebral es más lenta (predominio de actividad delta). Al igual que la fase III, es un período esencial para la restauración física y sobretodo psíquica del organismo (déficit de fase III y IV provocan somnolencia diurna. En esta fase, el tono muscular está muy reducido. Aunque no es la fase típica de los sueños, en algunas ocasiones pueden aparecer. Los sueños de fase IV son en forma de imágenes, luces, figuras, y nunca en forma de historia. Por último, comentar que la fase IV es la fase en la que se manifiestan alteraciones tan conocidas como el sonambulismo o los terrores nocturnos (Gráfico fase IV). 1.2.5 Fase MOR: es la fase en que tenemos los sueños típicos, los que se presentan en forma de narración. La actividad eléctrica cerebral de esta fase es rápida, mayoritariamente theta de baja amplitud con ráfagas de actividad beta. El tono muscular es nulo (atonía muscular o parálisis), lo que impide que representemos aquello que soñamos. Las alteraciones más típicas de esta fase son las pesadillas, el sueño MOR sin atonía y la parálisis de sueño (Gráfico fase MOR). 1.3 Trastornos del sueño El insomnio se refiere a la incapacidad para conciliar o mantener el sueño durante el tiempo deseado, y puede entenderse como síntoma de alguna otra alteración física o mental (Ej. : dolor crónico, depresión,...) o bien como alteración primaria. De entre los diferentes tipos de insomnio, en este apartado describiremos aquellos que se manifiestan con más frecuencia: características, criterios diagnósticos y medidas para el abordaje terapéutico. 1.3.1Insomnio infantil El insomnio infantil se caracteriza por dificultades en iniciar el sueño o volver a dormir en ausencia de condiciones ambientales específicas (asociaciones incorrectas). En estos casos, el principal problema lo acaban experimentando los padres, ya que el bebé demanda su presencia sin la que no puede dormir (Ej.: que los cojan en brazos, que les canten una nana, que les den la mano, etc.). Cuando el niño se duerme, los padres se retiran a su habitación a dormir. Pero si el bebé se despierta y se da cuenta de ello, vuelve a reclamar insistentemente su presencia (podría estar toda la noche llorando sin llegar a dormir). Esta situación puede llegar a volverse insostenible para los padres, ya que si no ponen solución al problema pueden estar más de 1 año sin llegar a descansar bien una sola noche. 1.3.2 Insomnio psicofisiológico 1..3.3 Insomnio transitorio:El insomnio transitorio es aquel que aparece como respuesta a un estímulo estresante, lo que conlleva que cuando el estímulos desaparece o la persona se acostumbra a él, se soluciona el problema de insomnio. Por ejemplo, cuando estamos sobrecargados de trabajo, en épocas de exámenes,... El insomnio psicofisiológico es aquél que se manifiesta acompañado de manifestaciones psicosomáticas de ansiedad, lo que incluye una fuerte activación fisiológica, pensamientos distorsionantes e inadecuados sobre el dormir y el desarrollo de múltiples pero ineficaces estrategias para dormir. La ineficacia de estas estrategias potencia aún más los problemas para conciliar o mantener el sueño. Todo ello hace que con el tiempo estas personas puedan llegar a desarrollar 'miedo' a la llegada del momento de ir a dormir. pseudoinsomnio 1.3.4 El psuedoinsomnio En el pseudoinsomnio se da la paradoja que mientras los afectados se quejan de graves problemas para conciliar o mantener el sueño, objetivamente la calidad y cantidad de su sueño es normal. De todas maneras, la percepción subjetiva de descansar mal puede llegar a comportar problemas a largo plazo en el afectado, ya que para solucionarlo puede recurrir al uso de hipnóticos durante largos períodos de tiempo. 1.3.5 Apnea de sueño La apnea del sueño es una alteración que se caracteriza por dificultades respiratorias durante el sueño, normalmente de origen obstructivo (apnea obstructiva del sueño), es decir, por algún impedimento físico del propio tracto respiratorio. Las dificultades respiratorias que experimentan los apneicos comportan una disminución en la calidad del sueño, ya que el mecanismo que tiene el organismo para superarlas es el despertar. De esta manera, el sueño se ve interrumpido por numerosos micro despertares que impiden al afectado profundizar en el sueño y descansar. La falta de sueño restaurador es la principal causante de la somnolencia diurna que experimentan estas personas. Por otra parte, es muy importante destacar las repercusiones negativas que tiene la apnea del sueño en los ámbitos cognitivo, fisiológico, familiar y sociolaboral. 1.3.6 Alteraciones por ritmo biológico Las alteraciones del ritmo sueño-vigilia se producen cuando hay un desfase entre el ritmo biológico de sueño-vigilia y el horario deseado o impuesto por las circunstancias. Los trastornos más frecuentes son el cambio de turno (shift-work) y el cambio de zona horaria (jet-jag. En cuanto al tratamiento de las alteraciones de los ritmos circadianos, éste comprende varias aproximaciones: * Conductual: regularización de horarios durante toda la semana (incluido el fin de semana), concentración del sueño en un único episodio, desplazamiento progresivo del ciclo sueño-vigilia, y en caso de jet-lag incorporarse lo más rápido a los horarios habituales. * Farmacológico: toma de hipnóticos, especialmente indicados aquellos de inicio del sueño para adaptarse mejor los primeros días al nuevo horario. * Lumino terapia: estimulación intensa de luz para sincronizar los ritmos biológicos con el ciclo luz-oscuridad, mediante lámparas especiales como la que se muestra en la figura. 1.4 La función y el significado de los sueños 1.4.1Teoría de Sigmund Freud Para sigmund freíd los sueños eran una guía hacia el inconsciente en su teoría de satisfacción de los deseos inconscientes propuso que los sueños representan deseos inconcientes que las personas desean ver satisfechos. En la actualidad muchos rechazan la teoría de freud , en kugar de ello consideran que la acción directa y explicita de los sueños es el factor principal de la comprensión de su significado. 1.4.2Teoria del desaprendizaje Teoría que propone que los sueños tienen un significado alguno, sino que funcionan par librarnos de información innecesaria que hemos acumulado durante el día. 1.4.3Teoria de sonar para sobrevivir Teoría que sugiere que los sueños permiten reconsiderar y reprocesar información vital para muestra sobre vivencia cotidianaza. 1.4.5Teoria de la activación y la síntesis Teoría que asegura que el cerebro produce energía eléctrica aleatoria durante el sueño mor que estimula los recuerdos almacenados en diversas partes del cerebro. 2-Hipnosis y meditación La persona bajo los efectos de la hipnosis se encuentra en un estado de mas susceptibilidad a las sugestiones de los demás. En algunos aspectos parece ser que están dormidas, a pesar de la obediencia de las personas, estas no pierden toda su voluntad, no realizan actos antisociales o autodestructivos. La hipnosis se ha utilizado para resolver varios problemas como por ejemplo.